Este domingo 3 de noviembre miles de católicos acompañaron una procesión que recorrió el Centro Histórico capitalino, con la cual la Hermandad de la imagen del Señor Sepultado de la Iglesia de la Recolección celebró su consagración.
La escultura, de 1.8 metros de altura, fue esculpida con influencias de la época barroca tardía en el siglo XVIII, pero su autor es deconocido. Desde entonces ha estado bajo el cuidado y veneración de la congregación de los Recoletos, quienes la trasladaron junto a la capital desde Santiago de los Caballeros hacia su actual locación. La imagen es famosa entre los fieles por el gran realismo con el que recrea los detalles del sufrimiento de Jesús en la cruz.
Óscar Julio Vian, Arzobispo metropolitano, fue quien ofició la misa de consagración y explicó que esta ceremonia se hizo para dedicar la talla a la veneración “para la gloria de Dios”. El prelado añadió que no es motivo de vanidad y desprecio hacia otras imágenes no consagradas, pero igualmente valiosas.
La consagración de las imágenes se produce debido a la intensa veneración de que son objeto por los fieles católicos, mediante un ritual en el que un superior eclesiástico las unge con el Santo Crisma o aceite bendito.
El Cristo yacente es procesionado cada Viernes Santo solamente cubierto con un sudario en la cintura. Por sus características, la imagen fue hecha para ser crucificada, un rito practicado por los franciscanos desde la época colonial.
La Consagración es un acto que une a Dios mediante un vínculo estrecho al estar reservado al Señor #Consagración #Recolección





