Mario Ponce Rodríguez, alias "Cicatriz", narcotraficante guatemalteco y operador del Cartel de Sinaloa en Honduras, fue capturado en 2011 porque alguien olvidó recogerlo en el aeropuerto.
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Así lo revela el periodista hondureño Óscar Estrada, en su libro Tierra de narcos: Cómo las mafias se apropiaron de Honduras (de Penguin), publicado en 2022.
"Él venía a cada rato a Honduras", dijo Pablo, un narcotraficante que Estrada entrevistó, refiriéndose a Ponce. Hace once años, el guatemalteco era el jefe del narcotraficante hondureño Héctor Emilio Fernández Rosa, alias "Don H", y de su lugarteniente Marlon Adonai Recinos, alias "Peluche".
Por una parranda
"Ese brother era un pendejo", continuó Pablo, respecto a Recinos, el lugarteniente. "Mario Ponce iba a venir a San Pedro Sula un domingo (1 de mayo de 2011) en su helicóptero, y Marlon Adonai estaba encargado de recibirlo en el aeropuerto".
Ponce llegó alrededor de las dos de la tarde. El lugarteniente, en lugar de recibirlo, estaba de goma en una finca de "Don H", en Tela (norte de Honduras), recuperándose con otros escoltas de una fiesta de la noche anterior. "Como se habían puesto a p..., drogados y [todo], se olvidaron de que venía el toro de los toros desde Guatemala a ver a Héctor (Don H)", relató Pablo. "¿Cómo se les olvida algo así? Mario [llegó] al aeropuerto Villeda Morales. Pasó al Wendy's en la entrada del aeropuerto, pidió su hamburguesa y papas mientras hacía tiempo, y nada que llegaba Marlon Adonai, ni nadie".
Funcionarios del aeropuerto comenzaron a interrogar a los pilotos de Ponce, quien estaba furioso porque llevaba una hora esperando, y comenzó a discutir con los funcionarios que retenían a sus pilotos. "La DEA, que se había enterado de que Mario estaba allí, lo capturó en el acto", relató el testigo. "Si Marlon Adonai hubiese llegado, eso no hubiera sucedido".
Tres días después, le pasaron la factura al lugarteniente cuando estaba en su vehículo estacionado frente un hospital, con un escolta. "El carro tenía las puertas abiertas, o sea que dejó entrar a la persona que lo mató", reveló Pablo. "Esa persona entró, metió la AK y lo fumigó a él y al guardaespaldas". Casi cinco meses después, Honduras extraditó a Ponce, y una corte estadounidense lo condenó en 2012 a 25 años de cárcel por narcotráfico y a pagar US$8.8 millones (unos Q66 millones).
