Los equipos de rescate que buscan el avión de Malaysia Airlines desaparecido el 8 de marzo comenzaron este viernes un rastreo submarino en el sur del océano Índico con la ayuda de dos barcos equipados con sofisticados detectores de las cajas negras.
Los expertos han elegido un área de búsqueda acuática que forma un corredor de 240 kilómetros al noroeste de Perth, la capital del estado de Australia Occidental.
La BBC realizó una animación donde se observa cómo fue la desaparición del MH370 y como será la búsqueda bajo agua. Este es el enlace
Participan en la operación de rastreo marino el buque australiano Ocean Shield, que lleva un localizador de cajas negras prestado por la Armada estadounidense, y un navío británico Echo de investigación oceanográfica.
Ocean Shield transporta también un sumergible teledirigido que puede descender a 4.500 metros de profundidad.
Los aviones comerciales actuales van equipados con dos cajas negras, que en realidad tienen un color rojo anaranjado: una primera que registra los datos del vuelo, como velocidad, altitud, dirección y otra información relevante, y una segunda que preserva los últimos 30 minutos de conversación en la cabina o las dos últimas horas si el sistema es digital.
Estos dispositivos emiten una señal para ser localizados que alimenta una batería que se agota a los 30 días, aunque algunos expertos dicen que en determinados casos puede durar hasta 15 días más.
Un mes desaparecido
El próximo lunes se cumplirán 30 días desde que el avión de Malaysia Airlines desapareció con 239 personas a bordo durante un vuelo entre Kuala Lumpur y Pekín.
Pese a estos retos, Houston se mostró confiado en poder reducir la zona de búsqueda y de que "finalmente se encuentre el objetivo".
En el avión iban 153 chinos, 50 malasios (12 formaban la tripulación), siete indonesios, seis australianos, cinco indios, cuatro franceses, tres estadounidenses, dos neozelandeses, dos ucranianos, dos canadienses, un ruso, un holandés, un taiwanés y dos iraníes que utilizaban los pasaportes robados a un italiano y un austríaco.
La policía descartó esta semana que los 227 pasajeros fueran responsables de un secuestro o un sabotaje o sufrieran problemas psicológicos o personales.
La investigación policial de la tripulación todavía continúa.






