Pese a la preocupación que priva en la comunidad científica, los turistas están encantados. Como "La Playa de Gafsa" ha sido bautizado el nuevo lago que apareció en el desierto de Túnez hace menos de un mes y que se ha convertido en una atracción turística.
Los geólogos se encuentran preocupados porque el cuerpo de agua surgió repentinamente, de la nada. Algunos creen que el agua puede ser radioactiva o tóxica pero eso no ha importado a los cientos de visitantes que se bañan en sus aguas turquesas.

El lago mide aproximadamente 10 mil metros cuadrados y tiene una profundidad de entre 10 y 18 metros. Algunos turistas llegan incluso con equipo de buceo.

En el lugar no falta quien crea que el nuevo lago es una maldición, en tanto los geólogos consideran que la actividad sísmica del área impulsó el agua a la superficie.





