Aquí comparto una identificación coloquial de los posibles riesgos que implicaría la renuncia del Presidente, frente a una crisis que no es coloquial.
- ¿La legalidad? No peligra. De hecho, la renuncia del Presidente está debidamente prevista en la Constitución Política de la República. No pueden usar argumentos vacíos para distraer reclamos legítimos.
- ¿La constitucionalidad? Igual que en la respuesta anterior, no peligra.
- ¿El Estado de Derecho? La evidente dependencia entre poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), un sistema de Justicia debilitado e ineficiente, los índices de desarrollo humano por los suelos, uno de los niveles de pobreza más bajos de Latinoamérica, la corrupción campante y sonante por donde se voltee a ver… el Estado de Derecho ya ha sido llevado a su más mínima expresión por la actividad de quienes ostentan el poder público actualmente. La renuncia no lo hace peligrar.
- ¿El Derecho de defensa del Presidente? No. La renuncia es, cuando menos, una consecuencia política a la incapacidad de llevar gente idónea a los cargos de mayor trascendencia. Y cuando mucho una obligación frente a un Presidente que (copó o) permitió (o promovió) que se copara el Estado de mafias y grupos paralelos de saqueo. Si el Presidente tiene o no un grado de participación en el saqueo, lo determinarán los órganos de Justicia, siempre y cuando logren un respiro de independencia en el ejercicio de sus funciones.
- ¿La prestación de los servicios básicos? El programa Hambre Cero no muestra resultado alguno. Los índices de reducción de violencia están estancados. Corrupción en el programa de entrega de mochilas. La red hospitalaria está en penuria, abandonada y al borde de la crisis. Los reportajes de las semanas recientes y las propias declaraciones del Procurador de los Derechos Humanos dan cuenta de ello. Este gobierno ha permitido que se agrave la crisis de salud, la permanencia del Presidente no representa beneficio alguno en la prestación de servicios básicos.
- ¿La recaudación fiscal? De hecho los datos revelados en este mes dan cuenta que la recaudación está a la baja desde antes que la crisis iniciara; gracias, claro está, al equipo del Presidente. Entonces no es un riesgo de su renuncia sino más bien uno consecuencia de la corrupción y la ineficaz de distintas instituciones. Hay quienes ya avizoran una crisis fiscal seria en la recaudación para finales del tercer trimestre.
- ¿la proyección positiva de crecimiento económico? Está en riesgo por la misma inestabilidad alimentada por la permanencia del Presidente. El Presidente no representa más la unidad nacional, y por ende su permanencia no genera confianza sino más bien incertidumbre e ingobernabilidad.
- ¿Los enquistados proveedores y contratistas? No, ellos no ven aún el peligro, pues incluso con la eventual salida de OPM, el panorama les permite al día de hoy sentir tranquilidad de que sus fichas están puestas en donde, al menos a la fecha, posiblemente caigan los dados.
- ¿La certeza jurídica para hacer negocios? Tampoco está en riesgo por la renuncia. Ningún indicador de negocios responde bien al clima de corrupción y el ambiente propiciado por la Presidencia es justo eso: corrupción. El ejecutivo en el estado actual no genera un clima de negocios favorable. La renuncia no sólo es un reclamo legítimo: es un buen negocio para los comerciantes justos. El miedo a que Guatemala pase por lo vivido en Honduras a la salida de Zelaya no es un riesgo actual, más bien podría ser una consecuencia de no actuar frente a la toma formal del poder público por parte de las mafias. Así que como típica tragedia griega, lo que no ven los artífices de la “estabilidad” es que el riesgo que nos quieren evitar más bien lo están procurando a la larga sosteniendo a un funcionario que ya cayó.
- ¿La continuidad de PP en el poder? En verdad hay pocos, si es que sigue habiendo alguien, inclusive dentro del propio partido, que crean posible repetir en el poder después de semejante descalabro. La eventual renuncia sí pone en peligro lo poco (que ya es mucho) que los Patriotas buscarán rescatar para las elecciones.
- ¿La impunidad de quienes le rodean? Definitivamente la salida del Presidente reduce el margen de maniobra de todos aquellos achichincles que se procuran y se garantizan impunidad con su permanencia. Y esto se extiende a los intereses de quienes aún defenestrados y sacados a las malas siguen reconociendo el baluarte de mantener un Presidente que les garantice impunidad por el tiempo que se pueda y la oportunidad de limpiar rastros por un rato más.
- ¿Al que #Le TOCABA? Definitivamente el sistema clientelar y corrupto que se erige sobre la base de elegir al que “le toca” ha sido puesto contra la pared mediante el descontento generalizado, urbano y rural, que no está dispuesto a permitir la continuidad del modelo de saqueo. No por nada vemos y seguiremos viendo como el supuesto mayor partido de oposición (LIDER) se ha convertido en el aliado fuerte del partido oficial, su sostén y salvavidas.
Es sólo esto lo que peligra por la salida, cuando todo se descompone en la estadía. Pero aquí no ha pasado suficiente y esto apenas empieza.





