Principales Indicadores Económicos

Pequeña petición de cinco puntos

  • Por Soy502
02 de julio de 2015, 11:33
Los guatemaltecos no quieren un proceso que relance a los corruptos. (Foto: Wilder López/Soy502).

Los guatemaltecos no quieren un proceso que relance a los corruptos. (Foto: Wilder López/Soy502).

Si la campaña electoral arranca pronto (a 60 y pico de días de que supuestamente se lleve a cabo la primera vuelta ya sería justo y necesario), tengo total claridad sobre cómo quisiese que actuaran los candidatos (as) y cuáles serían las primeras declaraciones que me gustaría escuchar de ellos. Lo resumo en cinco puntos.

Primero: que los binomios convoquen a conferencias de prensa y den conocer, en presentación Power Point, Prezi o similar, en qué consiste su patrimonio. Ya estoy cansada de las excusas que van en la línea de “el día que los otros lo hagan, yo haré lo mismo”, “tengo que esperar hasta el balotaje, antes no”, “no quiero poner en riesgo a mi familia” o “la ley no me obliga”. Por favor. Los guatemaltecos tenemos derecho a conocer quiénes son y de dónde vienen nuestros futuros gobernantes. Si no desean exponerse al escrutinio público, dedíquense a otra cosa. Busquen un trabajo que no les obligue a estar bajo los reflectores 24 horas del día y no se afanen por recibir un salario que se pague con nuestros impuestos.

Segundo: aprovechen esa conferencia de prensa para también dar a conocer  el nombre de sus financistas y los montos aportados a su campaña. No nos vengan con la historia de que “son honorables guatemaltecos que no desean verse comprometidos”,  “tienen derecho a continuar siendo anónimos”,  “la ley no me obliga” o “entrego la lista en sobre cerrado y si gano, lo abrimos”. Si una persona está dispuesta a dar Q5 o Q1 millón a su campaña es por algo. Si es honorable, no tiene nada que ocultar. Todos tenemos derecho a contribuir con una causa. O a varias. Pero darle dinero a un candidato no debe de estar oculto bajo el manto de la invisibilidad. La población exige cuentas claras y transparencia. A todo nivel.

Tercero: participe en un  verdadero debate. Láncese al ruedo y convoque a sus competidores. Llevamos muchos años sin escuchar a la clase política conversar en torno a ideas, conceptos y formas de visualizar cuál debe de ser el rumbo para al país. No pasamos de foros en donde todos responden a las mismas preguntas, y en vez de contestar en forma concisa y directa, los candidatos aprovechan la oportunidad para lanzarle dardos a su más cercano competidor. 

Cuarto: presente un plan que incluya acciones concretas con las que pretenda combatir la corrupción. Nada de retórica, de formar mesas de trabajo, de abrir secretarías o de nombrar comisionados. Indique, por ejemplo, qué filtros utilizará para designar al personal de su confianza y así evitar caer en la maldición del secretario privado. Muestre las hojas de vida de quienes estarán a su lado. Y por favor, como quinto punto, presente a su gabinete cuanto antes. O al menos, a los principales funcionarios con los que haría gobierno. Hasta ahora hemos elegido basados en actos de Fe, sin conocer más que a dos o tres figuras detrás de bambalinas. Los sustos han venido después. Y la verdad, ya estamos hartos de tanta película de terror. Hartos de verdad.

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