Tiene más de 4.5 millones de seguidores en Instagram, que siguen foto a foto, una vida de fantasía que parece una mezcla de películas de Rambo, James Bond y Ocean 11. Su nombre es Dan Bilzerian y se dedica, literlamente a jugarse la vida a los naipes.
Se describe a sí mismo como "el Bill Gates del póker" y publica constantemente imágenes de su estilo de vida, lleno de autos de lujo, yates, aviones privados, armas ofensivas y mujeres, muchas mujeres.


A los 33 años, ha acumulado una fortuna que ronda los 100 millones de dólares, jugando a las cartas en partidas de alto nivel, donde participan millonarios y famosos. La afición por tomar riesgos y apostar en grande le viene de su padre, un mago de las finanzas que terminó en la cárcel, acusado de fraude.

De ahí también le viene el gusto por los lujos. Su galería de imágenes da testimonio de su colección de autos, donde aparecen los Lamborghinis y las camionetas Hummer; su afición por las armas, desde los revólveres de metales preciosos hasta las armas ofensivas; su pasión por los juguetes caros como jets, helicópteros y yates; y desde luego, las chicas hermosas que retrata en bikini, en tanga, en traje de camareras, de enfermeras y de Eva (es decir, desnudas).


Su vida ha sido azarosa desde joven. Fue un adolescente difícil y lo expulsaron de varios colegios, hasta que terminó en una academia militar.

Pasó una temporada en una comunidad mormona en Utah y se matriculó en el Ejército, donde estuvo a punto de graduarse del prestigioso grupo élite conocido como los Navy Seals (lo que no logró por insultar a un profesor a poco tiempo de culminar el curso). Por fin ingresó a la Universidad de Florida, donde encontró su verdadera vocación y perfeccionó su técnica para jugar a las cartas.

Desde entonces, se dedica al póker. En sus redes sociales demuestra que su vida es una apuesta permanente por cifras astronómicas de dinero. Ha perdido hasta 3.6 millones en una sola noche, pero se ha recuperado de las derrotas vendiendo parte de sus colecciones de armas o autos.

Semejante ritmo de vida ha tenido un costo para la salud de Binzerian. Con su vida de fiesta, alcohol, mujeres y adrenalina, ha sufrido ya tres infartos.

No parece importarle mucho. En la última ocasión, firmó él mismo su alta voluntaria, contra el consejo médico. "Apuesto que sobrevivo", escribió entonces en sus redes sociales y una vez más...acertó.





