En un partido que se le estaba poniendo feo a un Barça al que se le atragantó un eficaz y combativo Villarreal, apareció Neymar, después de haberse peleado con media defensa y el árbitro, y decidió salir en todas las fotos, con dos tantos, uno de belleza extrema, y tras haber cedido a Luis Suárez el lanzamiento de un penalti.
Fue una actuación por la que nadie hubiese apostado, después de una primera parte y un arranque de la segunda, en la que había muchos temores sobre si Neymar acabaría el partido expulsado, por la tensión que se estaba viviendo.
El GOLAZO de Neymar. pic.twitter.com/TqDg9AvBMn
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Antes de vivir con comodidad en el marcador, el Barcelona se había topado ante un rival sólido atrás y sin muchas ganas de tener el balón ni disputárselo a un Barça escaso de ideas y con muchos problemas para superar la primera línea de presión de cinco jugadores que le planteó el técnico Marcelino García.
El equipo de Luis Enrique se vio atrapado en un intenso duelo en el centro del campo sin que pudiese generar nada positivo, mientras que delante tenía a un rival que a la mínima que perdía el balón cesaba en la presión para replegarse rápidamente y formar dos línea de cuatro defensores y cinco medios muy juntos, con Soldado a la esperada de recibir algún caramelo delante.
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En el minuto 70 se le puso de cara el partido al Barcelona por un penalti de libro, en el que Munir controló y Jaime Costa lo arrolló, hecho que le valió la amarilla. Suárez, tras cederle el balón Neymar, marcó desde los once metros (2-0).





