El hombre se aprovechaba de su cargo como docente para exigir fotografías explícitas a sus víctimas. Una de ellas lo denunció.
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En un hecho que sienta un precedente en el país, una unidad de la Fiscalía contra la Trata de Personas logró una sentencia por más de nueve años contra un profesor que acosaba a sus alumnas y les pedía fotos íntimas.
Se trata de Francisco Javier Cordón Martínez, quien fue capturado en julio de 2022, en un sector de Mixco, después de que una de sus víctimas lo denunciara. La adolescente indicó que el hombre exigía que le enviara imágenes explícitas a través de WhatsApp.
De acuerdo con el Ministerio Público (MP), el docente tendrá que purgar seis años de prisión inconmutables, por el recién creado delito de seducción de niños, niñas y adolescentes por el uso de las tecnologías de información.
Además, se le impusieron 3 años y 3 meses de privación de libertad por posesión de material pornográfico de personas menores de edad, con circunstancias especiales de agravación.
Cuando salga de la cárcel, Cordón no podrá volver a ejercer como catedrático, pues el tribunal que conoció el caso ordenó su inhabilitación por un tiempo equivalente al doble de su condena, es decir 18 años y medio. También será incluido en el Registro Nacional de Agresores Sexuales.
Primera sentencia por ciberacoso
El MP destacó que este es el primer caso por el cual se obtiene una condena relacionado con el delito de seducción de niños, niñas y adolescentes por el uso de las tecnologías de información, contemplado en el artículo 190 bis del Código Penal.
Tal apartado se agregó a esa normativa mediante el Decreto 11-2022, después de ser aprobado por el Congreso, y entró en vigencia el 11 de marzo del año pasado.
La tipificación de este acto ilícito fue aprobado por el Congreso de la República, mediante la Ley contra el Ciberacoso, la cual contempla penas de entre 6 y 12 años a quienes incurran en tales prácticas.
Según explicó el Legislativo en aquel entonces, el objetivo es evitar el intercambio de fotografías o videos íntimos al que son inducidos algunos menores por adultos que los contactan por vía electrónica.