La tragedia se desató en la madrugada bajo el puente Belice, cuando un autobús se precipitó sobre la calzada la Paz a un barranco y cayó al río de aguas negras conocido como "Las vacas", donde inició una labor intensa de rescate.
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El accidente cobró la vida de más de 50 personas, dejando un rastro de dolor y devastación para varias familias guatemaltecas que en el transcurso de la mañana se fueron enterando de que sus seres queridos no habían sobrevivido al impacto del accidente.
En la madrugada del 10 de febrero, en la zona 6 de la Ciudad de Guatemala, cuerpos de socorro fueron alertados sobre este incidente, el cual denominaron como uno de los peores accidentes de tránsito en América Latina en años.

El bus extraurbano pertenecía a la empresa Transportes Tineca Sociedad Anónima. Los equipos de rescate trabajaron incansablemente durante horas en el agua para tratar de salvar a los supervivientes y recuperar los cuerpos de las víctimas.


En las primeras horas del día inició una intensa labor de rescate, en la cual trasladaron a los primeros sobrevivientes al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGGS) y al Hospital General San Juan de Dios.
Al menos diez personas fueron trasladas con vida a las unidades de emergencia. Sin embargo, se tiene el conocimiento de que algunos fallecieron después de ser traslados. De algunos pacientes el diagnóstico sigue reservado debido a la gravedad de las lesiones.


Al transcurrir las horas, los cuerpos de socorro determinaron que ya no sería posible rescatar a personas con vida, por lo que comenzó una ardua tarea de trasladar los cuerpos de las víctimas que se encontraban atrapados entre fierros. Además, algunas se encontraban hundidas bajo el río de aguas negras.



Los rostros de la angustia y desesperación de los familiares de las víctimas que, a pesar de la trágica situación, todavía guardaban la esperanza de que sus familiares fueran rescatados con vida.



Un bombero se envolvió en una manta térmica después de un largo período en el agua, que le provocó signos de hipotermia.

Al pasar las horas, los cuerpos fueron entregados a los familiares de las víctimas. Varias organizaciones y voluntarios dieron acompañamiento a los familiares que estaban a la espera frente al Instituto Nacional de Ciencias Forense de Guatemala (Inacif), donde además compartieron alimentos y ropa abrigada.


Tras varias horas de intenso trabajo por parte de los cuerpos de socorro y voluntarios, el Inacif compartió un comunicado de prensa donde indicó que se lograron identificar a las 54 víctimas fallecidas y a los 8 sobrevivientes del accidente.



Después del accidente que conmocionó a toda Guatemala y una intensa búsqueda y rescate que movilizó a los equipos de emergencia, este 11 de febrero los familiares de las víctimas finalmente se despidieron de sus seres queridos.


Con amor, resignación y respeto, los familiares se reúnen para velar a sus seres queridos.

Aunque el dolor de la pérdida nunca desaparece completamente, la velación es un paso hacia la sanación y el cierre. Es un recordatorio de que, aunque sus seres queridos ya no están físicamente presentes, su memoria y legado vivirán en los corazones de aquellos que los amaron.