“Nada te turbe, nada te espante, todo pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene, nada le falta. Solo Dios basta”, estas son las célebres palabras de Santa Teresa de Jesús, las cuales serán recordadas este sábado 28 de marzo de 2015, cuando Guatemala y el mundo celebren los 500 años de su nacimiento.
Pero, no solo los 500 años de Santa Teresa atraen la atención de esta iglesia que fue el epicentro de una protesta tras la reforma liberal y bajo cuyas lozas se encuentra enterrado el cuerpo de una monja guatemalteca, en proceso de beatificación.
La iglesia de Santa Teresa de Jesús, ubicada entre la 9na avenida y 4ta calle de la zona 1, se encuentra a un par de cuadras del Mercado Central. Quizá por el bullicio del vecindario, muchos pasan frente al templo sin admirarlo y sin sospechar la gran cantidad de historias que encierra.
El Fraile de la iglesia, Juan Manuel Sinay, explicó la importancia del legado de Santa Teresa, no solo en su obra literaria, sino en su doctrina.
Un templo, un monasterio
Teresa de Cepeda y Ahumada nació el 28 de marzo de 1515 en Ávila, España y se le conoce como la fundadora de la Orden de las Carmelitas Descalzas, misma que se estableció en Guatemala en 1677, en la Ciudad de Santiago de los Caballeros.
En 1779, las Carmelitas tomaron la decisión de abandonar esa ciudad tras los terremotos de Santa Marta para dirigirse a la Nueva Guatemala de la Asunción, donde les fue asignada la manzana 738, lugar donde construyeron un monasterio y el templo de Santa Teresa de Jesús.

En 1874, la orden de las Carmelitas protestó en contra del Gobierno de Justo Rufino Barrios, quien obligó a los cinco monasterios del país a entregar sus terrenos al Estado. En total 133 monjas se rehúsaron a salir de su propiedad, hasta que el 23 de febrero de ese año fueron desalojadas bajo la amenaza de fusilamiento.
Durante muchos años, el monasterio sirvió como cárcel para mujeres y asilo, hasta que fue devuelto a la Iglesia a mediados del siglo XX.
Comenzó entonces el proceso de reconstrucción, pues los terremotos de 1917 y 1918 destruyeron el monasterio y el templo. El convento no se reconstruyó jamás y en 1976, el terremoto volvió a botar la iglesia, que hubo de ser reconstruida.

Bajo tierra
Una de las historias más curiosas que encierran las paredes de la Iglesia de Santa Teresa es la de María Teresa de la Santísima Trinidad Aycinena y Piñol, quien se encuentra en proceso de ser beatificada. El cuerpo de esta monja no ha sido encontrado, pero se asegura que yace en algún lugar del templo.
La polémica dominó la vida de esta santa mujer que fue considerada santa por los conservadores de su época, pues los militantes y escritores liberales de mediados del siglo XIX, enemigos del la familia Aycinena, intentaron desacreditar sus milagros. Incluso Pedro Molina, uno de los líderes del partido liberal destacó que los estigmas que la monja padecía eran producto de la “catalepsia”.

María Teresa de la Santísima Trinidad murió el 29 de noviembre de 1841 y fue enterrada en el templo. Muchos años después, recuerda el Fraile Juan Manuel Siney, las criptas fueron abiertas y se descubrió el cuerpo intacto de la monja Aycinena. El sacerdote encargado de la iglesia en aquel entonces decidió sellar el ingreso, pero olvidó decir dónde se encontraba el cadáver.
Desde ese entonces, se ha excavado en diferentes lugares del templo con el fin de encontrar los restos de la monja, pero sin éxito. “Ahí rompimos. El color del piso es diferente”, añadió.
Jesús rescatado
La imagen de “Jesús del Rescate” celebra este Miércoles Santo 60 años de salir en procesión sin interrupciones desde 1956. Según la tradición popular, el nombre de esta imagen fue acuñado por un peculiar inconveniente.
Hubo un tiempo en el que las monjas Carmelitas solían tener complicaciones financieras y para mantenerse dejaban en empeño la imagen de Jesús; posteriormente algún benefactor pagaba la deuda y “rescataba” la imagen. De ahí su nombre, "Jesús del Rescate".
El Fraile sostiene que tan solo es un relato y no un hecho que haya sido comprobado. “Para nosotros significa el recordar que gracias a ese sacrificio y entrega, Jesús nos rescata del pecado y nos devuelve una nueva vida”, añadió.
A partir de las 9 de la mañana de este sábado, se realizará la eucaristía en conmemoración de los 500 años de Santa Teresa de Jesús y el Miércoles Santo, saldrá una procesión de 12 horas de recorrido que será transmitida por la televisión nacional.





