La demanda de energía eléctrica en el país ha ido creciendo y con ella los retos para aumentar la oferta, un grupo de expertos en el área técnica, académica y en temas de inversión discutieron en torno a las necesidades del sector energético.
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Según los resultados del estudio realizado por la Central American Intelligence Business (CABI) es importante abastecer el sector eléctrico para fomentar el desarrollo del país.
Derivado del estudio de CABI, surgieron algunas percepciones y discusiones con el afán de analizar factores como el aumento de la demanda de este servicio, y de cómo la oferta ha reducido en los últimos años.
Para Paulo de León, director de Inteligencia Económica y Financiera del CABI, el estudio evidencia las bondades del modelo de la energía en Guatemala. Sin embargo, en el ámbito económico, la oferta de energía eléctrica está creciendo más que la demanda.
"El país está en una senda de crecimiento bueno, urbanización, ensanchamiento de la clase media, industrialización, pero si se sigue a ese ritmo y no aumenta la oferta, vamos a tener un problema de precios, porque así funcionan los mercados", explicó el economista.
Los factores mencionados por de León, tienen una explicación cuando se observa que, según los resultados del estudio. Guatemala tiene un porcentaje del 53% de urbanización.
Y aunque el estudio no examina el panorama en áreas geográficas, más bien lo aborda de forma global, según de León, es evidente que el ascenso de las ciudades alternas a la ciudad de Guatemala incide en los resultados del estudio, y particularmente en el factor urbanización.
En términos económicos
Desde la óptica de Ricardo Rodríguez, analista Económico Senior y Director de Inteligencia Económica de CABI, la inversión extranjera y local permitiría un aumento de la oferta, por lo tanto, también influirá en los precios de la energía.
Por aparte, de León explicó que la legislación guatemalteca es un marco amplio y funcional que permite ampliar la generación de energía, y eso ha permitido que el modelo sea sostenible.
No obstante, comparando la importación con la inversión extranjera o local para la generación de energía, la importación limita la independencia y al haber inconvenientes en los países que proveen energía, se vería reflejado en el país.
Mientras que la inversión genera desarrollo e independencia. Agregó que el tema político y la participación de un Ministerio de Economía que incluya los ejes de competitividad en la dinámica económica del país son condicionantes para atraer inversión, además de la certeza que propicia el clima político.
"La inversión extranjera no es social, por eso es importante contar con la infraestructura que sostenga esa inversión y que haga que los inversionistas quieran quedarse en el país generando energía y por lo tanto, aumentando la oferta", enfatizó.
Generación de energía
Paulo de León considera que aunque la oferta de generación de energía eléctrica no se perciba como un problema, aunque aclara que no es ni bueno ni malo, sino más bien una visión amplia y a largo plazo para evitar escasez del suministro, detalló que en el imaginario social guatemalteco se sigue creyendo que hay suficiente energía para exportar y eso es cosa del pasado.
Y esa realidad ha ido cambiando, sin embargo, del 2008 al 2022 la inversión extranjera en el sector eléctrico llegó a US$2,721 millones de dólares, y entre el 2008 y 2015, Guatemala lideraba la generación de energía a través de la inversión extranjera, y del 2016 al 2022, redujo la generación mediante la inversión extranjera y pasó al quinto lugar.
Los retos ante el panorama
Para Carmen Urizar, exministra de Energía y Minas y directora de EIA Center, mostró su preocupación por, además de la baja en la oferta de generación de energía en temas como la electrificación rural. Enfatizó que la urbanización que en la ciudad se estima como un factor que dispara la demanda de energía, no es la misma condición para lugares como la Verapaces u otros departamentos del país.
Pero, también valoró que a partir del año 2007, se analizó y decidió la planificación energética, pues en aquellos días también había faltante de oferta, pero que estaba un poco más centrada en la composición de la matriz energética, es decir, las diferentes formas de generar energía que, en ese tiempo, se sostenía en un 65% de dependencia de los recursos no renovables.
Concluyó enfatizando que la diversificación de esa matriz, la inversión extranjera y la competitividad abren, además de la discusión, la amplitud para no sucumbir ante una condición de baja demanda que pudiera generar complicaciones.
