Las "Puertas del Infierno" surgieron en la década de 1970 cuando una expedición de perforación de gas provocó el derrumbe del suelo.
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Desde hace más de cincuenta años, las siniestras "Puertas del Infierno" se ubican en el desierto de Karakum en Turkmenistán.
Sin embargo, su fin se ha visto cada vez más cerca para dar paso a un entorno más saludable para los habitantes y a una oportunidad de negocio en dicho territorio.

Los nativos consideran que este lugar es "la entrada al inframundo". Y es que actualmente continúa derritiéndose, lo que ha llamado la atención de viajeros.
Su cráter en llamas se ha convertido en una atracción turística. Pero, Turkmenistán tiene una política restrictiva férrea si de visitas y turismo se trata, ya que la intención del presidente es apagar las llamas del lugar.
Su origen
En 1970, una expedición soviética realizó una excavación en Turkmenistán. Su meta principal era encontrar una nueva fuente de petróleo, uno de los recursos más valiosos y sustento de muchas regiones en Asia Central.
Al encontrar una gran concentración de gases, lograron perforar la superficie pero el suelo colapsó. Su derrumbe causó un enorme cráter de 70 metros de ancho y al menos 20 de profundidad.
De ahí comenzaron a emanar gases, por lo que se canceló la expedición. Un equipo de geólogos decidió prender fuego a la superficie del cráter al ver que esos gases seguían saliendo de ahí.
El fin de todo esto era la propagación de gases, pero lo único que se logró fue que el cráter ardiera de forma continua creando la "Puerta del infierno".