El pequeño se acercó a sus padres que estaban dormidos y como pudo les alertó del peligro en casa.
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Un niño de 2 años se acercó una mañana a la cama de sus padres en Alvord, Texas, Estados Unidos, para pronunciar una de sus pocas palabras que apenas dice para advertir de un peligro que pudo haber causado la muerte de sus cuatro hermanos y sus papás.
“Mamá, caliente”, fue como el pequeño Brandon avisó que algo andaba mal en casa.
Kayla y Nathan Dahl dormían cuando de pronto, Kayla sintió que Brandon jalaba de uno de sus pies mientras pronunciaba las palabras de advertencia.
La mamá del niño pensó que su hijo quizá solo necesitaba que le quitaran su pijama porque tenía calor; sin embargo, una luz resplandeciente llamó su atención la cual provenía del cuarto donde el niño dormía.
La casa de estilo colonial de un piso de la familia se quemaba, pero ninguno de los detectores de humo se activó hasta que Brandon se dio cuenta de ello y fue con sus papá para decirles.
Kayla y Nathan tardaron en darse cuenta ya que además de no activarse los detectores, recientemente dieron positivo al Covid-19 por lo que no podían oler y por consiguiente no percibieron el aroma del humo que comenzaba a consumir su hogar.

Al darse cuenta de ello, los Dahl fueron por sus cinco hijos y lograron ponerse a salvo; todos resultaron ilesos y pudieron salir por su paso por la puerta principal de su casa que poco a poco era consumida por las llamas.
Agradecidos
“Nos estábamos recuperando de Covid, así que ninguno de nosotros tenía nuestro sentido del gusto y el olfato”, declaró Kayla, quien agregó que aunque será un camino largo poder recuperar sus pertenencias que fueron consumidas por el incendio, está agradecida porque Brandon los salvara, “Si no fuera por el ángel guardián de mi hijo esa mañana no sé dónde estaríamos”.
La noche anterior al incendio, Brandon no durmió en la habitación que comparte con uno de sus hermanos mayores ya que no se sentía bien, por lo que durmió en la sala de estar que conecta con la habitación de sus padres donde podían vigilarlo por la noche.
Fue alrededor de las 4:30 de la mañana cuando Brandon se dio cuenta que su cuarto se quemaba y pudo escapar hasta la recámara de sus papás para advertirles del peligro que se avecinaba. “Es un milagro de Dios que haya podido hacer eso”, aseguró la mamá de los cinco niños.
Nathan, un bombero voluntario de 33 años de edad, entonces fue por sus cinco hijos y los puso a salvo mientras sus esposa llamó al 911.
La familia Dahl esperó la llegada de los servicios de emergencia dentro de la casa de uno de sus vecinos al tiempo que el fuego se había extendido por casi todo el hogar donde la familia había vivido los últimos seis años.