Existen personas en Guatemala que podrían contar con cierto grado de inmunidad contra la viruela del mono.
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Desde el punto de vista médico, la inmunidad es la forma en que el sistema inmunitario protege el cuerpo contra las enfermedades causadas por las infecciones y existen tres tipos: innata, adaptativa y pasiva.
La adaptativa se puede producir cuando el cuerpo reacciona ante una infección o bien mediante la vacunación. Esta última es la que estaría brindando protección a un grupo de a población en Guatemala gracias a la vacunación que se realizó en el siglo XX para erradicar la viruela humana.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que la vacuna contra la viruela humana aporta el 85% de inmunidad contra la viruela símica. Así como ha sucedido con la pandemia del Covi-19, las vacunas pueden impedir que una persona se infecte o bien hacer más leve la enfermedad. La respuesta inmunitaria podría variar dependiendo del organismo de cada persona y en algunos casos la inmunidad puede durar toda la vida, explica el departamento de Salud de Estados Unidos (HHS).
De acuerdo a una publicación en el New York Times científicos indican que las personas mayores que fueron vacunadas contra la viruela humana podrían tener cierta inmunidad. Esto lo reafirma la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), aclarando que pueden haber factores que haga variar la inmunidad como la "toma" (la lesión que queda después dela vacunación) y el tiempo transcurrido desde la vacunación.
Dado que en diciembre de 1979 la OMS declaró erradicada la viruela humana las personas vacunadas en las décadas anteriores fueron las que recibieron la vacuna.
Estas personas serían las que actualmente se encuentran en los 50 años de edad en adelante. Un informe de la Asociación de Cirujanos de Guatemala describe que durante la administración de Manuel Estrada Cabrera en 1908 se emitió el decreto 961 que ordenaba la vacunación en todo el territorio nacional y para la mitad del siglo XX el avance de la vacunación era significativo. Un boletín de la Organización Panamericana de Salud señala que para 1953 solo se reportó un caso positivo de viruela.
De acuerdo con la OMS, la forma más sencilla de determinar si una persona recibió la inmunización es una cicatriz que quedó en la región superior del brazo. La asociación de cirujanos concuerda describiendo: "A mediados del siglo XX nuestra generación cumplió con estas ordenanzas (decreto 961) , y tenemos las cicatrices en los brazos (los hombres) y las mujeres en los muslos, recuerdo de haber sido vacunados".
Cabe recordar que no hay una vacuna específica contra la viruela símica en el mundo las que se están utilizando para personal en riesgo son las fórmulas usadas en la vacuna contra la viruela humana, reiteran la OMS, FDA, entre otras autoridades sanitarias.