El descarrilamiento del tren provocó la evacuación de todo un pueblo desde hace varios días debido a las sustancias peligrosas que transportaban los vagones.
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Como una película de terror han calificado los habitantes de un pueblo en Ohio, Estados Unidos el accidente que provocó que varios vagones de un tren derramaran sustancias tóxicas sobre las vías, provocando una masiva evacuación.
El hecho se produjo a principios de febrero en el pueblo de East Palestine, donde las imágenes de terror provocan el temor en la localidad, ya que los tóxicos derramados son peligrosos.
Entre los menos "peligrosos" solo pueden provocar cáncer, otros han sido componentes para elaborar armas químicas en la I Guerra Mundial.
El tren se descarriló tras atravesar East Palestine y antes de cruzar la frontera de Ohio con Pensilvania, por suerte en una zona apenas poblada, con lo que no hubo ningún muerto ni herido.
Según la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), como consecuencia del descarrilamiento, 38 vagones descarrilaron y se produjo un incendio que dañó otros 12 vagones. En total había 20 vagones con materiales peligrosos, 11 de los cuales descarrilaron.
Preocupación
El incendio provocó una nube tóxica. La mayor preocupación fue el cloruro de vinilo, un producto cancerígeno, transportado en cinco vagones.
Cuando arde, se descompone en cloruro de hidrógeno y fosgeno. El fosgeno es muy tóxico, provoca vómitos y problemas respiratorios y se utilizó mucho durante la I Guerra Mundial como agente asfixiante, mientras que el cloruro de hidrógeno es irritante y corrosivo para cualquier tejido con el que entre en contacto.
Según la Agencia de Protección Medioambiental (EPA), se vertieron al aire, al suelo y a las aguas superficiales sustancias químicas como cloruro de vinilo, acrilato de butilo, acrilato de etilhexilo y éteres monobutílicos de etilenglicol.
El organismo, sin embargo, no detectó toxicidad en el aire. Ese mismo día, la contaminación de partículas se situó por encima de los niveles de detección, pero la EPA lo desvinculó del accidente.
Tras casi cinco días, los residentes volvieron a sus hogares, pero con el temor de verse afectados de alguna manera por las toxinas. La EPA ha hecho análisis en las residencias y la mayoría las considera seguras.
La compañía de agua tampoco había detectado contaminación, aunque Norfolk Southern dice que los resultados del análisis de las muestras de los pozos de suministro de agua potable del pueblo de East Palestine, del sistema de agua potable y de pozos privados en zonas potencialmente afectadas por el incidente estarán disponibles la semana próxima.
Las autoridades municipales tratan de tranquilizar a los vecinos.
"El cloruro de vinilo y el benceno pueden causar cáncer en personas expuestas en el lugar de trabajo a altas concentraciones durante muchos años; sin embargo, no hay indicios de que la posible exposición que se produjo tras el descarrilamiento aumente el riesgo de cáncer o de cualquier otro efecto sobre la salud a largo plazo en los miembros de la comunidad", aseguró en su página de Facebook la municipalidad.
Además, los vecinos de East Palestine se han visto afectados por la desinformación que ha circulado en las redes sociales, ya que hay quienes comparan lo ocurrido en Ohio con el accidente nuclear de Chernóbil de 1986 hasta quienes han difundido imágenes de nubes tóxicas atribuyéndolas al descarrilamiento que en realidad se pueden rastrear en internet al menos desde el año pasado.
