Es una tarde cualquiera en las cancha del Centro Juvenil Salesiano (Cejusa). Sopla el viento, el sol irradia con fuerza, al fondo se puede ver a varios grupos de jóvenes y niños practicar fútbol. Sin embargo, hay uno muy especial: los colores fluorescentes de los conos, pelotas y discos no son los únicos que llaman la atención. Hay cariño y mucho amor. Se trata de los alumnos de Dar Fútbol, una escuela inclusiva que alberga a menores con síndrome de Down, autismo y regulares (que no tienen discapacidad).
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Es miércoles, día de práctica en Dar Fútbol. Los jugadores se divierten y lo disfrutan en demasía, pero no son los únicos. Afuera de la cancha, los padres y encargados se gozan cada paso, patada y ejercicio. Muchos sufrieron con sus hijos la discriminación y que las cerraran las puertas debido a que tienen capacidades diferentes.
"Fui a muchos lugares donde no me aceptaban a mi hijo. Él ama el fútbol y hasta en el colegio me lo hacían de menos, ya que no tenía las mismas habilidades que los demás. Desde que conocimos esta bendita escuela y al profe Walter encontramos la felicidad mi hijo y yo", refirió con la voz entrecortada Manfredo Rossil, padre de uno de los integrantes de dicha escuela, quien también invitó a los padres de familia con hijos con discapacidad a no sentirse solos y a que se acerquen a la academia que atiende miércoles y jueves de 15 a 16:30 horas.
En Dar Fútbol encontraron un oasis en el desierto, un espacio donde todos son iguales y nadie se queda atrás.
Marcos sufre parálisis y sus funciones motoras no son como las de los demás; sin embargo, asiste a la academia y cuando ve el balón su rostro se ilumina, sonríe y pese a no poder articular palabras su balbuceo denota que está feliz, pleno y animado. Su padre, quien le acompañó este día, es el hombre más feliz de universo. "Verlo así, alegre y sonriendo no lo cambio por nada", sentenció.
"Dar es un espacio para brindar oportunidad a las personas con discapacidad. Ellos no piden lástima, sino una oportunidad para ser productivos y acá tratamos de brindárselas. Acá trabajamos por ellos y para ellos, nuestra institución es una entidad sin fines de lucro que no cobra por las clases y que se especializa en recibir a personas con síndrome de Down, autismo y regulares. Acá todos son bienvenidos", dijo Walter Molina.
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Él es un exfutbolista (portero) que se preparó para ser entrenador-formador y en el camino encontró una especialización enfocada a niños y personas con discapacidad que imparte el club Valencia de España.
"Fui un poco aventurándome, sin imaginar que me daría la gran oportunidad de abrir una pequeña puerta para servir y a partir de allí no pude parar y seguimos informándonos y conociendo más sobre cómo aportar y darle esa oportunidad que los alumnos nuestros requieren. Es más lo que ellos nos enseñan con su lucha diaria que lo que nosotros podemos aportarles, y lo hacemos de corazón", enfatizó. Molina vive de su trabajo como preparador de portero de las categorías menores de Antigua GFC.
De esta forma Pokémon GO cambió la vida de un niño con autismo. https://t.co/szJBvV9QrF pic.twitter.com/ESM0TdjFai
Cada semana el grupo aumenta, ya que desde el 2016 que abrieron sus puertas, poco a poco se suman más niños y sus padres. Recientemente llegaron dos gemelos que tienen autismo, ellos también fueron bienvenidos y reciben el trabajo personalizados del profe Walter y el resto de entrenadores. La relación de trabajo es de cinco alumnos por un maestro cuando se trabaja con discapacidad, mientras en alumnos regulares puede ser de entre 11 y 20 por cada instructor dependiendo las edades.
"El trabajo es más personalizado y acá tenemos a cuatro personas que nos apoyan y que aplican las planificaciones. Nuestra meta es darle una oportunidad de inclusión deportiva y eso los hará crecer como personas y como ciudadanos ", refirió el entrenador.
Los Ttrabajos son divertidos y llenos de motivación, ya que en cada momento los instructores y padres de familia están alentando a los chicos. Termina la parte de ejercicios específicos, entre conos, vallas y balones. Los chicos de Dar Fútbol saben que viene el momento más alegre y divertido.
"Escuchen todos- dice el entrenador-, vamos a jugar la chamusca. Recuerden, no hay gol si todos no tocamos el balón así que atentos y a jugar". Comienza el partido, una vez más queda claro que el fútbol y el deporte son una gran medicina.
No faltan las selfies, los abrazos y la motivación, unos llaman a otros, No cabe duda: estamos ante una familia. Termina la práctica y todos ayudan a recoger los implementos. Las pelotas van en una red que guardará los sueños de los niños para la siguiente práctica; los conos y los discos son llevados al parqueo. Es momento de decir hasta pronto.





