Principales Indicadores Económicos

Eduardo Rubio: el astrofísico guatemalteco que atravesó el Atlántico

  • Por Soy502
09 de agosto de 2014, 07:51
#orgullo502

Eduardo Rubio es doctor en astrofísica que inició sus estudios en la Universidad de San Carlos, en Guatemala, cursó además una maestría en la UNAM, en México y obtuvo el doctorado en Holanda. Su carrera se ha concentrado en una tarea poco común: la busqúeda de Pulsares, que son estrellas de neutrones que emiten radiación. Pero su otra gran pasión es la educación, lo que lo tiene nuevamente en Guatemala, pues ha regresado a dar clases este semestre en la Universidad del Valle.

La combinación de ambas pasiones lo llevó a dar clases en uno de los pocos barcos-escuela del mundo (hay solo 66, incluyendo los militares) y entrenar a marinos interesados en navegación tradicional

Durante este año emprendió un viaje a bordo del barco holandés  "Europa", que salió desde la Patagonia y llegó a Amsterdam atravesando el Océano Atlántico.

Según Eduardo, "el objetivo del barco es hacer grandes travesías para brindar a los tripulantes una idea de lo que era cruzar el mar hace más de 100 años". 

En el trayecto, Eduardo se dedicó a dar clases de navegación celeste, ciencias naturales e historia en los lugares emblemáticos en los que se detenía el barco. 

A bordo iban en promedio 40 personas, entre pasajeros vacacionistas, aprendices de marinero y la tripulación donde también había otros dos profesores, una oceanológa y un biólogo marino. 

Las otras misiones

Además del viaje de aprendizaje, la tripulación también realiza algunas mediciones científicas que son reportadas a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), al colegio marítimo de Enkhuisen, en Holanda, y a varias agencias meteorológicas en Europa. 

Durante este viaje también hicieron estudios continuos de la cantidad de plástico triturado que flota en alta mar. 

El proceso fue colocar una red de arrastre que, durante varias horas, colecta todo lo que flota en la superficie del mar y luego efectuar muestras de lo recolectado. 

La red utilizada para recolectar el material flotante en la superficie del mar. (Foto proporcionada por Eduardo Rubio)
La red utilizada para recolectar el material flotante en la superficie del mar. (Foto proporcionada por Eduardo Rubio)

En las muestras aparecía plástico de distintas formas, tamaños y colores. (Foto proporcionada por Eduardo Rubio)
En las muestras aparecía plástico de distintas formas, tamaños y colores. (Foto proporcionada por Eduardo Rubio)

Las mediciones permitieron encontrar los límites de las grandes manchas de plástico flotante en el Óceano Atlántico, que tienen como origen la basura arrojada al mar por casi todos los países del mundo. Algunas de estás manchas pueden llegar a tener el tamaño de países como México, lo que provoca que sea casi imposible limpiar el mar. 

La vida en el barco

El barco tiene un GPS, radar, batimetro y sonar, herramientas que ayudan a monitorear la ruta y los peligros aunque su navegación sea únicamente con velas. Además, cuenta con un motor que se utiliza cuando es necesario atracar en puertos. 

El viaje tuvo tres etapas: 

Patagonia, Argentina a la isla de Ascención 

- Isla de Ascención al archipiélago de Azores 

- Archipiélago de Azores hasta Amsterdam, Holanda

En cada parada recogían provisiones para alimentarse. Solo durante los primeros días del trayecto comían comida fresca, el resto del viaje se alimentaban de comida enlatada. 

Los turnos de trabajo se dividían en cuatro durante el día: Se dormía durante seis horas, se trabaja seis horas y así sucesivamente. 

21 mil
kilómetros
recorrió el barco

"Podíamos pasar varios días con el barco inclinado cuando había tormentas, al principio era muy complicado después el cuerpo se acostumbraba", asegura Eduardo. 

Para este guatemalteco, lo mejor de la experiencia es poder "entender qué tan grande es el mundo". 

 

Obteniendo...
Obteniendo...
Obteniendo...
Obteniendo...
Obteniendo...
Obteniendo...
Obteniendo...
Obteniendo...
Obteniendo...
cerrar