La noticia se conoció en la madrugada del martes 4 de noviembre. Un tuit seguía a otro. No era para menos. En un operativo “sin violencia” se capturó a José Luis Abarca y a su esposa, María de Los Ángeles Pineda. Él, alcalde de Iguala, la tercera ciudad más importante del estado mexicano de Guerrero. Ella, hermana de narcotraficantes vinculados tanto al poderoso cartel de los Beltrán Leyva como a la de los Guerreros Unidos, de reciente formación.
La prensa mexicana los llama la “La Pareja Imperial”. Reportajes de los últimos días dan cuenta de cuánto poder lograron acumular en los últimos años, dejando tras de sí una estela de muerte. El País publicó sobre ellos. Frank Goldman, el escritor estadounidense-guatemalteco, también. Artistas como Fher, vocalista de Maná, también han viralizado a través de redes sociales su punto de vista para crear consciencia sobre esta desaparición forzada de 43 estudiantes.
El alcalde y su esposa, aseguran las autoridades, son los responsables del horror que viven 43 familias desde el viernes 26 de septiembre. Ese fue el último día que supieron de sus hijos, algunos adolescentes, la mayoría veinteañeros, estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa. Los más destacados de sus comunidades. Los que aspiraban a ser maestros y dedicarse a enseñar en las escuelas rurales más pobres del Estado.
Aún existen muchas dudas con respecto a qué pasó esa noche. Pineda daba un discurso. Los jóvenes llegaron en buses. Los Guerreros Unidos habrían dado la orden de que no molestaran. La seguridad de Iguala la controla ese cartel desde hace dos años, cuando el alcalde Abarca tomó posesión. Esa noche la policía municipal mató a seis.

Desde el 26 de septiembre se busca a los 43. En el ínterin se han descubierto varias fosas clandestinas. Ninguna, aseguran las autoridades, con los restos de los jóvenes. En Guerrero, y en otros Estados de México, ya es trágicamente habitual toparse con éstas. La violencia vinculada con el narcotráfico se cobró en 2013 la vida de 16 mil personas en todo el país.
Las capturas del martes abren la primera luz de esperanza para las familias de los 43, que quieren saber dónde están sus hijos. Miles de mexicanos han exigido lo mismo, con diversas protestas que se suceden todos los días. #Ayotzinapa y #Ayotzinapasomostodos son dos de los hashtags que siguen lo que ocurre en Twitter. Un grupo de artistas mexicanos ha lanzado una campaña #Ilustradores con Ayotzinapa. Ellos quieren saber dónde están los 43. Se espera que estas detenciones den la respuesta.





