Cada vez más personas prefieren ser cremadas a tener un entierro tradicional en el país, pero ¿cuál es el motivo?
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El servicio de cremación ha incrementado en los últimos años por ser una alternativa preferida por las nuevas generaciones.
Durante la pandemia, los usuarios mostraron preocupación al desconocer cómo se trabajaría las exhumaciones.
Una de las ventajas de la cremación es su valor, pues las empresas funerarias cuentan con paquetes individuales y en pareja que son más accesibles que un entierro común; destacan el ahorro de espacio y los procesos que, según se explica, son más amigables con el planeta.
¿Es permitida según la ley en Guatemala?
Según el artículo 12 de la Asociación Gremial Latinoamericana de Cementerios y Servicios Funerarios, la cremación e incineración debe efectuarse 24 y 36 horas después del deceso, salvo cuando por orden de la autoridad sanitaria o judicial respectiva, deba efectuarse antes o después de ese tiempo.
En el país no se permite que las cenizas sean guardadas en los hogares o dispersadas en sitios naturales, por ello los servicios funerarios ofrecen el servicio de guardarlas, especialmente para este propósito.
¿En qué consiste la cremación?
El cuerpo de un adulto se reduce a cenizas de cuatro a seis horas en promedio; el de un niño podría tardar 40 minutos. La anatomía de un adulto se compone de un 65% de agua, así que solo requiere deshidratación y la incineración es de los huesos.
El servicio de cremación se realiza exclusivamente por la empresa funeraria, luego de que el Inacif (Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala) entregue una carta donde se autoriza que se puede incinerar el cuerpo, pues pasó por todos los análisis previos.
Los seres queridos realizan una velación como en un entierro tradicional y luego el cuerpo es llevado al cementerio junto a los seres queridos. Los familiares más cercanos se reúnen de manera más íntima para la despedida.
