Melita Cabrera, a sus 45 años, se reinventó con la venta de tacos y tortas en Flores, Petén. Conoce su inspiradora historia de emprendimiento familiar.
LEE TAMBIÉN: ¡El secreto del café! Cómo esta asociación rural logró dominar el mercado global
A sus 45 años, Melita Cabrera demuestra que nunca es tarde para reinventarse y decidió incursionar en la venta de tacos, tortas y comida rápida.
Su primer tanteo se dio a comienzos de 2020, al instalar su primera trailita (carrito vendedor de tacos) atrás de la Escuela Normal, zona 2 de Santa Elena.
Poco después, la emergencia sanitaria la obligó a cerrarla temporalmente y apenas le fue posible emigró a Estados Unidos.

Pese a la situación, su mentalidad emprendedora no se apagó, por lo que retomó su labor con más fuerza cuando regresó el año pasado.
Actualmente cuenta con dos trailitas, las cuales atiende junto a su pareja y su hijo, donde poco a poco ha captado la fidelidad de sus compradores.
"Entre los motivos que me impulsaron están el deseo de sentirme útil y generar un ingreso extra en medio de la actual situación económica", explicó.
También se propuso enseñarle a su hijo la importancia de aprender un oficio a temprana edad, para inculcarle responsabilidad y la administración del dinero.

"En nuestro menú destacan los tacos, las tortas, los megaburros y los frescos naturales, que poco a poco se han ganado la preferencia de los vecinos", detalló Melita.
Su labor también se extiende a proveer de alimentos durante fiestas y actividades sociales, lo que le permitió ampliar su alcance.
"Para mí, emprender es un reto y una bendición; quiero que mi hijo aprenda que con esfuerzo se puede salir adelante", comenta Cabrera.

En marcha
Dania García Madrigal, contadora pública y auditora, considera indispensable tener claridad acerca de qué emprendimiento se quiere llevar a cabo.
"Antes de invertir tiempo o dinero, es fundamental entender una idea, a quién va dirigida y si realmente hay necesidad en el mercado", detalló.
La especialista también resaltó que es importante empezar con lo que se tiene, sin esperar a que todo sea perfecto.
"La acción es lo que realmente marca la diferencia. A veces nos paraliza el miedo o la falta de recursos, pero muchas veces basta con dar ese primer paso, aprender en el camino y estar dispuesto a adaptarse", puntualizó.





