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  • Por Soy502
05 de octubre de 2013, 12:41
Me lancé al triatlón porque varias personas me dijeron que no podría encarar un reto tan grande. Eso en mí es como prender la llama.

Me lancé al triatlón porque varias personas me dijeron que no podría encarar un reto tan grande. Eso en mí es como prender la llama.

No se preocupen, no los voy a aburrir con una cantaleta de ‘yo, yo, yo’ cuando ingresen al blog, pero por esta vez dejen que les dé la bienvenida. Mucho gusto, soy  Andrés Fonseca: ingeniero, máster en administración del talento humano, entrenador personal certificado, ex catedrático de matemáticas y física, esposo y atleta de alto rendimiento.

Mi experiencia con el deporte empezó con el karate a los 5 años; escalé por primera vez el volcán de Agua a los 8; luego entrené formalmente tenis y básquet, pero entre los 10 y los 12 sufrí la llegada del ‘gordito haragán’. En una excursión a la Sierra de las Minas, me quedé a la cola del grupo. Mi mamá me estaba ganando en la subida y peor aún iba alegando por que yo era el último. Me prometí que nunca más estaría a la cola de nada y tampoco iba a permitir que ella  me arrastrara en un evento como ese. Empecé a jugar squash y aunque no me agradaba el fut, me metí a la escuela de los Rojos del Municipal. En cuestión de meses volví a estar en forma.

Descubrí el triatlón cuando mi abuela murió. Quise convertirme en alguien de quien ella pudiera estar orgullosa.
Andrés Fonseca
Triatleta

Llegó la adolescencia y mi enfoque se trasladó a las chavas, las fiestas y el gym. Pesas, pesas, pesas: quería verme enorme. Desorientado y 'living la vida loca', recibí un golpe terrible con la muerte fulminante de mi abuela materna. Su fallecimiento me motivó a hacer un cambio en mi estilo de vida y convertirme en algo de lo que ella pudiera sentirse orgullosa. Descubrí el triatlón.

¿Porque el triatlón? Por el reto y lo intimidante que sonaba nadar dos kilómetros, luego montarme en una bici y pedalear 190  y para terminar, correr 21, es decir medio maratón. Otro ingrediente fue que varias personas dijeron que NO podría y eso en mí es como prender la llama. Mi sueño era dedicarme de lleno al triatlón. Logré una beca en la Universidad Estatal de Colorado pero después de los atentados del 11 de Septiembre únicamente ofrecieron la mitad. Sin poder salir, había fracasado mi trabajo de 3 años.

Estudié en la Universidad Del Valle y hasta 5to año volví a entrenar, ganando el Campeonato Nacional de Triatlón en 2009.  Al graduarme salí a trabajar al interior. Nadaba en un piscina diminuta de un hotel 2 veces por semana, corría y pedaleaba esquivando cabezales cañeros. Un año más tarde fui contratado en Colgate Palmolive y empecé mis estudios de maestría. Dormía 5 horas al día y entrenaba lo más que podía. No era sostenible y con mi salud deteriorada, tuve que alejarme del deporte. Frustrado, vivía como quien se desangra. 

Decidí volver al deporte de alto rendimiento a finales de 2012. Vivir sin hacer deporte era frustrante: sentía que me desangraba.
Decidí volver al deporte de alto rendimiento a finales de 2012. Vivir sin hacer deporte era frustrante: sentía que me desangraba.

A finales del 2012 terminé la maestría y decidí cambiar mi vida y luchar por mi sueño: ¡dedicarle unos años de lleno al deporte de alto rendimiento! Con opciones laborales de tiempo parcial y el apoyo de algunas empresas y personas cercanas, me tiré al agua y me preparé para la avalancha que se vendría encima cuando mi familia, amigos y demás se enteraran de lo que el ‘nene’ acababa de hacer. A la fecha estoy feliz, he logrado medallas y podios en eventos importantes y  el sueño empieza a cobrar forma.

En mi blog van a encontrar análisis de sucesos y personajes del deporte, vivencias y tips para disfrutar y ser más exitosos en los deportes que practican, temas que inspiren que puedan aplicarlos en el día a día. He descubierto que hay una perfecta analogía de los modelos y prácticas de éxito deportivo con la vida profesional. Procesos de mejora continua, planificación, estrategia, técncias mentales y el firme propósito de nunca rendirnos pueden convertirnos en mejores personas dentro y fuera de la cancha.  Espero conocer sus inquietudes, temas de interés y que tengamos una comunicación en doble vía que enriquezca este espacio. ¡Soy Andrés Fonseca y soy 502!

 

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