Desde la invención del famoso "ladrillo" de 1973, pasando por los celulares con tapa hasta llegar a los smartphones, la industria de la telefonía celular sufrió innumerables cambios y mejoras para adaptarse a las necesidades de los millones de usuarios que a diario los utilizan por el mundo.
En 1947, un ingeniero de Bell Labs imaginó una red telefónica futurista para sus teléfonos, que ya existían en vehículos y pesaban alrededor de 36 kilos. Una llamada saltaría ininterrumpidamente entre "torres" de cobertura y, aunque no existía tecnología e infraestructura para esto, pronto y a pesar de sus limitaciones, este tipo de teléfonos se hizo popular.
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Sólo un número limitado de usuarios podía utilizar el servicio a la vez, por lo que los clientes existentes, a veces debían esperar hasta 30 minutos para hacer una llamada.
En 1973, Martin Cooper, un ingeniero de Motorola pensó en el futuro: el DynaTAC 8000X, el cual sería el primer teléfono móvil del mundo. Diez años y una inversión de cien millones de dólares más tarde, Motorola lanzó el teléfono al mercado. Su batería duraba 35 minutos con más de diez horas de carga y costaba 3 mil 995 dólares, lo que actualmente rondaría los US$10 mil, ¡más de 72 mil quetzales!
En 1984 el DynaTAC vendió alrededor de 900 mil aparatos, sobrepasando considerablemente la cantidad estimada, a pesar de ser un objeto de lujo al que solo tenían acceso determinados grupos sociales. La cantidad de ventas despertaban un gran interés y curiosidad a lo que sería la primera generación de teléfonos celulares.
En 1994 apareció el IBM Simon, un teléfono que podría ser considerado el primer teléfono inteligente del mundo, el primero con pantalla táctil y el primero en tener "aplicaciones" de software. Costaba aproximadamente lo que hoy serían 1 mil 800 dólares (alrededor de Q2 mil 322).
En la década siguiente, la segunda generación de celulares comenzaba a explorar funciones como los mensajes de texto, los modelos con cubierta y escasas funcionalidades extra donde la comunicación telefónica era el principal objetivo.
Modelos como el Startac de Motorola, el Blackberry 5810 o el Nokia 1100, dieron inicio a una tercera generación. En esta época surge un auge del consumo de celulares que contaban con una tarjeta SIM para almacenar información, eran más pequeños, cómodos y económicos, con lo que se transformaron en un sinónimo de status.
Las cámaras de fotografía y video, las pantallas a color, juegos, acceso al correo electrónico la conexión a Internet, se convirtieron poco a poco en funciones cada vez más comunes.
En 2007, un mes después del lanzamiento del Blackberry Curve, Steve Jobs, creador del imperio Apple, presentó a los medios de comunicación el Iphone, un teléfono inteligente, estético, práctico y novedoso que vendería más de 6 millones de unidades, transformando el dispositivo en una entidad en sí misma que lanzaría nuevos modelos y mejoras cada año.
El resto es historia reciente. Los modelos sin botones casi táctiles por completo, batería duradera, accesorios, un amplio espacio de almacenaje, con acceso a Internet y amplias opciones de aplicaciones, sumado a la posibilidad de acceder a medios de comunicación y redes sociales, ya eran casi la única opción del mercado, con opciones de lujo, accesibles y variedades de diseño y sistemas operativos.
Ahora, la función "teléfono" se transformó en una de las características menos utilizadas entre tanto entretenimiento. Los smartphones condensan en un solo dispositivo, opciones que en otros tiempos, deberían haber sido realizadas por muchos dispositivos diferentes.
Pero, a pesar de los avances, los teléfonos podrían hacer otro cambio drástico en el futuro, considerando que las empresas productoras de estos dispositivos trabajan en versiones más conectadas, más prácticas, con más y mejores funciones. De hecho, el Foro Económico Mundial augura que los primeros teléfonos implantables podrían ser comercializados en 2024.
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*Con información de Infobae
