Principales Indicadores Económicos

Fue hoy hace 20 años

  • Por Soy502
11 de febrero de 2015, 00:55
Así éramos hace media vida.

Así éramos hace media vida.

Te ví.

Me gustaron tus ojos enormes, color caramelo.  Ya sabés, siempre me han gustado como tú, los galanes de Bollywood, antes de que yo supiera que existía Bollywood.

No sé qué pensaste de mí. Me debo haber visto bastante ñoña, de vestido blanco y zapatos rosa. Eran los ochentas y usaba el pelo corto, al estilo de Sheena Easton. Eso, quizá fue eso, porque Sheena Easton todavía te gusta. El pelo rockero y el vestido fresa. No sé.  Fue la suerte.

Para entonces ya me habían dicho que son las mujeres quienes eligen. Y sí, recuerdo que cuando me senté en esa mesa, donde estaban los amigos de Guayo, te ví y pensé: “sólo con él bailo”.  Diez minutos después te acercaste. ¿Pero qué hubiera pasado si no? ¿Dónde estaríamos hoy?

El caso es que me levanté y me fui contigo. No había cumplido los 15 años. Tú tenías 17.  Y desde entonces hasta hoy, ahí estamos los dos.

¿Qué nos mantiene? La magia de ese encuentro y 30 años que siguieron. Hoy se cumplen 20 desde que te prometí la vida en la Iglesia de San Miguel de Capuchinas. A veces lo siento tan lejos, a veces se me hace que fue ayer.

A veces pienso que entre esa niña vestida de blanco y la mujer que soy, de lo poco que hay en común sos tú.

En 1988, en el bautizo de mi hermano José Jorge.
En 1988, en el bautizo de mi hermano José Jorge.

También sé que mucho de lo bueno que soy a la fecha, te lo debo a tí. La serenidad con la que ves la vida que me reconforta ante el futuro y el mundo demente donde nos ha tocado vivir.  La perserverancia –necedad, dirían otros—que he aprendido de tí, kilómetro tras kilómetro, al verte levantarte de madrugada, ya sea para trabajar o para correr. Constante, a tu ritmo, fiel al plan.

En el trabajo he aprendido a dudar, pero sé que en tu palabra puedo descansar. Como cuando regresaste de Rehu antes de nuestra primera media maratón porque me habías prometido que la íbamos a hacer juntos y si me lo habías dicho, así iba a ser.

Antes de las siete ya me estabas gruñendo por el teléfono para que me apurara a salir de la casa, pero amé tus gruñidos porque me confirmaron que puedo confiar en tí.

En 20 años hemos pasado por mucho. Ha habido épocas alegres, épocas dulces y días –tiempos-- difíciles.

Nos cambiamos de país. Dejaste tu trabajo, tu seguridad, por acompañarme en la aventura de una beca.  El regreso no fue como lo esperábamos, pero nos repusimos.

De eso y más. Me has sostenido en todas las crisis, desde las que no fueron mi responsabilidad directa, como aquella que empezó con una persecución desbocada, a media noche, por la zona cuatro, hasta las que sí me pertenecen, de principio a fin.

Te has calado los riesgos de la profesión, los insultos, las ausencias, las horas interminables.

En los 21K de la ciudad de Guatemala.
En los 21K de la ciudad de Guatemala.

Acabo de leer en alguna parte que ese es el amor: el que se irrita, el que perdona, el que protesta por las llamadas sin responder y los calcetines en el suelo, pero se reencuentra en los panqueques del domingo, en el abrazo antes de dormir y el guiño cómplice.

Fue hoy hace 20 años. En el camino hemos dejado más de cinco mudanzas y muchas noches con estrellas, un bosque de arrayanes, una maratón a la orilla del mar y más de 100 kilómetros hasta Santiago de Compostela.

Nos acompañan dos hijos que van haciéndose adultos y la que no llegó a nacer, una familia extendida, bulliciosa, llena de personajes que amamos, y los amigos que elegimos como hermanos.

Y a mí, como entonces, como siempre, la certeza de que cuento contigo.

Mi hermana Melissa nació cuando recién empezábamos a salir. Y aquí, la casamos.
Mi hermana Melissa nació cuando recién empezábamos a salir. Y aquí, la casamos.

Obteniendo...
Obteniendo...
Obteniendo...
Obteniendo...
Obteniendo...
Obteniendo...
Obteniendo...
Obteniendo...
Obteniendo...
cerrar