El Parque Nacional Sierra del Lacandón, el segundo más grande de Guatemala enfrenta graves amenazas por el narcotráfico y la tala ilegal de madereros mexicanos, poniendo en riesgo la conservación de su valioso ecosistema.
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Establecido en 1990, a orillas del río Usumacinta, la Sierra del Lacandón es el segundo parque nacional más grande de Guatemala y la zona con mayor biodiversidad de Petén.
Con una extensión de 202,865 hectáreas, el área alberga gran cantidad de especies de flora y fauna, muchas de ellas amenazadas o en peligro de extinción.
Entre estas se encuentran el jaguar, el puma, el pecarí de labios blancos y la guacamaya roja, junto a los tucanes y cerca de 75 especies de reptiles.

Su importancia radica en que es un puente natural que conecta los ecosistemas montañosos situados en el noreste del estado de Chiapas, México, con el resto de los ecosistemas forestales y humedales de las tierras bajas de Petén.
Por ello, forma parte del Corredor Biológico Mesoamericano, lo que asegura la supervivencia de especies migratorias al trasladarse de un punto a otro.

Legado prehispánico
El parque cuenta con más de 30 sitios arqueológicos registrados que conservan importantes vestigios de la cultura maya.
Entre los más notables se encuentra Piedras Negras, ciudad maya conocida por su elegante arquitectura y sus impresionantes esculturas.
Otros sitios arqueológicos importantes en el área incluyen El Porvenir, Macabilero, La Pasadita, El Hormiguero y El Ceibo.

Sostenibilidad
La página web de Defensores de la Naturaleza señala que el parque nacional es administrado desde 1999 de forma conjunta por la fundación y el Consejo Nacional de Áreas Protegidas.
Aproximadamente 20 mil personas viven en las comunidades asentadas dentro del área protegida y como ya vivían en el parque previo a su declaratoria, han firmado acuerdos de permanencia en los cuales se comprometen a proteger y conservar los recursos naturales.

Sin embargo, al igual que otras reservas peteneras, la Sierra del Lacandón encara la presión de otros grupos invasores, el avance del narcotráfico y la penetración de madereros mexicanos.
La Sierra del Lacandón sufre una grave presión por el crimen organizado. Se ha reportado el decomiso de drogas y la localización de narcoavionetas en el parque nacional de Petén, actividad que ha provocado una pérdida de bosque primario.






