Elder Fuentes, jefe interino de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), presentó su renuncia a dicho puesto este viernes ¿la razón? problemas de salud y de inmediato se encontró un sustituto.
Fuentes asumió la jefatura de la SAT de forma interina el 21 de abril de este año, luego del arresto del ex intendente Omar Franco, quien es acusado de integrar una red de defraudación aduanera que operaba dentro de la Administración Tributaria.
Con menos de tres meses de estar al frente de una institución que no encuentra un mecanismo más ágil para elegir al nuevo Superintendente, Fuentes entregó el puesto al Directorio de la SAT y señaló que no podía continuar al frente por problemas de salud.

Rodrigo Montúfar, miembro titular del Directorio de la SAT, señaló que Fuentes no explicó en detalle qué tipo de enfermedad le aqueja para no continuar con el puesto, pero la Ley no le obliga a dar explicaciones, así que se retiró.
Montúfar destacó, a título personal, que Fuentes hizo un excelente trabajo en los dos meses y días que estuvo al mando de la Administración Tributaria. “Es una persona técnica y de mucha carrera. Hizo una buena labor en momentos críticos y mantuvo la administración en forma correcta”, añadió.
Nuevo jefe interino
Luego de conocerse la renuncia de Fuentes, el Directorio tomó la decisión de nombrar a Francisco Rivera Escobar, para sustituir a Fuentes de forma interina, y se tomó en cuenta debido a su amplia trayectoria dentro de la SAT.
De acuerdo con el comunicado de prensa enviado por la SAT, Rivera Escobar, posee 37 años de experiencia laboral, donde se destacan 27 años trabajados para el Banco de Guatemala, y 10 dentro de la SAT. Desde el 4 de marzo pasado ocupa el puesto de la Intendencia de Recaudación.
Sin embargo, el Directorio de la SAT aún no ha terminado de integrar la terna de candidatos que será enviada al Presidente Otto Pérez y quien será el encargado de elegir al nuevo jefe de la Administración Tributaria.
Cabe recordar que el ente recaudador reportó a finales de mayo más de 1 mil 900 millones de quetzales que no fueron recaudados. Esta brecha podría ser más amplia a criterio de especialistas y ser, a final de año, de más de 4 mil millones si las condiciones actuales no se revierten.





