La actriz Jennifer Lawrence no estaba nominada para ningún premio, pero con su actitud relajada y espontanea logró robarse todas las miradas.
Desde que llegó a la ceremonia de los Oscar se supo que disfrutaría la noche. Bromeó con los fotógrafos y con sus colegas. Ya en el interior, fue la más amigables con sus compañeros.

Se le vio saludar a todos, detenerse a platicar y hasta brincar entre las butacas. Una actitud muy normal para una persona de su edad, pero poco vista en este tipo de ceremonias.
De esa manera, la actriz emocionó a todos con su belleza y carisma.
- QUIZÁ TE INTERESE:



