Le llueve sobre mojado a Comunicaciones, que en el comienzo de la séptima era de Iván Sopegno, mostró un mejor futbol, pero Mixco gana 0-1 del Cementos Progreso.
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Sufriendo la necesidad de ganar, Sopegno devolvió la titularidad en el arco a Fredy Pérez, descartado hasta de las nóminas por el mexicano Roberto Hernández y entre las bajas del capitán José Contreras y otros 6 elementos, desplegó una tromba agresiva, fundida en lo último, con drama.
De abreboca un tanto de Yonatan Pozuelos a los 10 de juego, invalidado por fuera de juego, parecía sacar a los de casa de la hipnosis, porque tras un juego vibrante y dinámico, por ambas partes, los cremas pasaron a ser los dominadores, con oportunidades a granel.
Lynner García movió los hilos, comiéndose las bandas y surtiendo de centros, algunos pasados y en los otros, Brian Martínez y Karel Espino sin tino para rematar entre palos. Eral el mal de los albos, a los que en su área Nicolás Martínez con una chilena incómoda les hizo suspirar.
Se ahogaban los blancos, ansiosos por descorchar a su rival. Brian Martínez, a centro de Rafael Morales, obligó a Moscoso a rechazar a mano cambiada. Inspirada noche para el "Canche", porque antes le supo cerrar el ángulo a Lynner y después una su pifia casi se convierte en autogol de Jorge Sotomayor.
Poco o nada cambió para la segunda mitad. Siguieron los cremas ejerciendo su fortaleza en ataque, con el mismo padecimiento, impuntuales para cerrar balones en el segundo palo, e incluso sin sacarle provecho a las dudas de Moscoso, dando rebote en un tiro libre y rehaciéndose para tapar el tiro de José Corena.
Lo de los capitalinos fue un despilfarro. Con la artillería a disposición, Espino, Martínez y Lynner se encasquillaron. A este último, el "Canche" le atajó un soberbio remate, antes de que del otro lado del campo, a Fabricio Benítez las variantes le permitieran aniquilar a quienes los habían tenido de rodillas.
En un error en salida crema, Rafael Morales parecía controlarlo en su área, pero Kennedy Rocha con fuerza desmedida lo despojó y la pelota llegó a Martínez, responsable de asistir a Fernando Arce, artífice de un tiro que se desvió en José Gálvez y acabó en la red. Era el 90+3, un golpe letal.




