"Los años maravillosos" o “The wonder years” fue una serie de televisión norteamericana creada en la década de los ochentas. Muchos crecimos viendo a Kevin y sus aventuras en blanco y negro. Pero los “años maravillosos" en el deporte los estamos viviendo ahora, a todo color.
El periodismo deportivo tomó popularidad en el siglo XIX cuando el New York Times, en los Estados Unidos, inició con la cobertura de encuentros de béisbol, que en ese tiempo se llamaba “New York game”. El diario deportivo La Gazzeta dello Sport, en Italia, cubrió futbol y el inicio de algunos deportes en ese entonces “amateur” (tenis, atletismo, entre otros).

El éxito en sus ventas y el crecimiento de su circulación en los días de coberturas deportivas, los llevó a crear competencias internacionales de primer nivel como las de hoy, para que el público pudiera leer las faenas y glorias de los mejores atletas del mundo.
El Tour de Francia fue la primera competencia ciclista por etapas de la historia. Fue creada por el periódico L’Auto en 1903; El Giro de Italia, creado en 1909 por La Gazzetta dello Sport; la Liga de Campeones de Europa, impulsada en 1955 por el diario L’Équipe y el Balón de Oro, entregado por primera vez en 1956 por la revista France Football, son algunos de los medios y eventos donde se ha escrito, y se sigue escribiendo, la historia los mejores atletas del mundo.

Recuerdo cuando mi papá me contaba de Larisa Latynina y sus 18 medallas olímpicas, o de Mark Spitz y sus 7 oros olímpicos en Munich 1978. El espectáculo de Pelé y Brasil en México 70; Maradona con su gol a Inglaterra y la “Mano de Dios” en el Mundial del 86. Los grandes éxitos nacionales como el triunfo histórico de Doroteo Guamuch (Mateo Flores) en la Maratón de Boston 1952. El Norceca que ganó la Selección de Guatemala en 1976, el campeonato de Concacaf ganado por Municipal en 1974 y los goles de Óscar Sánchez, entre otras glorias deportivas.
Nuestra generación puede decir que vio en vivo, a todo color y en pantalla HD cómo los deportistas de hoy destrozan récords y superan los límites físicos del ser humano.
Cuándo se crearon los Juegos Olímpicos en 1896 nadie se imaginó que algún día el hombre correría los 100 metros en 9.58 segundos. Somos una generación afortunada: hoy vemos por las pantallas como vuela Usain Bolt, la forma en la que baja la velocidad de su zancada, voltea a ver de reojo a sus rivales, sonríe y cruza la meta para convertirse en el más veloz del planeta. También tenemos la suerte de ver a Michael Phelps luciendo sus 22 medallas olímpicas, 18 de oro.
Somos privilegiados, ¡que época!. ¿Cuántos no hubieran querido ver e a Pelé y Maradona jugando en la misma liga? Hoy tenemos el gusto y la dicha de ver a Cristiano Ronaldo hacer tres goles y al día siguiente ver cómo Lionel Messi iguala o mejora la hazaña. Leer, ver o escuchar en tiempo real cómo el presidente de la FIFA se burla de uno por preferir al otro.
En Guatemala tuvimos la fortuna de observar a Erick Barrondo colgarse la primera medalla olímpica para nuestro país. Vimos a Juan Carlos Plata convertirse en el máximo goleador de la historia, a Carlos Ruiz y sus 55 anotaciones con la selección, a los rojos conquistar el pentacampeonato.
¡Uf! ¡Tanto éxito! Aprendimos, vimos y leímos en blanco y negro, quedan atrás con "Los años maravillosos" que hoy disfrutamos y celebramos a todo color y hasta en tercera dimensión.





