El Silencio enfrenta décadas de abandono y sus residentes luchan todos los días por tener servicios dignos como agua potable y calles dignas
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La comunidad El Silencio, ubicada en la parte alta de la aldea conocida como El Chorrito y El Chamacal, continúa enfrentando carencias que limitan el desarrollo y la calidad de vida de sus habitantes.
Según vecinos, este asentamiento se fundó durante el gobierno de Jorge Ubico Castañeda, presidente de Guatemala entre 1931 y 1944. Pese a su antigüedad, ninguna autoridad ha brindado apoyo.

"Aquí nos han tenido abandonados, hemos suplicado a los alcaldes y, algo molestos, nos dieron material hace 12 años. La población puso la mano de obra, pero ninguna autoridad nos ha puesto atención", expresó Walter Payés, miembro del comité de vecinos El Chorrito.
Entre las principales demandas destacan el mejoramiento de calles que han permanecido en el abandono. Durante el invierno se vuelven intransitables y se dificulta el acceso a servicios básicos.

"La comunidad se llama El Silencio porque, desde que entregaron las tierras a nuestros bisabuelos, uno de ellos dijo en broma: 'Esto es El Silencio'. Así le quedó el nombre. Pero la necesidad de tener un terreno para vivir los hizo llegar a estos lugares", relató Berta Maricela Batz, residente.
Además, los comunitarios piden con urgencia un sistema de agua potable. La tubería actual fue instalada por ellos mismos hace varias décadas y ya cumplió su vida útil, lo que pone en riesgo la salud y el bienestar.

Estudio
Soy 502 consultó al jefe edil, Ramiro Rivera, sobre esta situación. "Sí, ya tenemos aprobado el proyecto, pronto vamos a comenzar porque nuestra gente necesita vivir dignamente", aseguró.
Agregó que ya se tienen los estudios ejecutados. "Ese lugar está alejado, casi a dos horas del casco urbano. Vamos a pavimentar la calle principal y once callejones, beneficiando a más de 30 mil familias", finalizó.




