Sumergirse en Nemo 33 es un experiencia insólita y con una buena dosis de adrenalina, esta piscina tiene una capacidad de 2500 metros cúbicos de agua a una temperatura entre 30 a 33 grados centigrados calentada con paneles solares, gracias a esto no es necesario el uso de vestuario especial, es de uso deportivo especificamente se usa como centro de buceo y esta ubicada en Bruselas, Bélgica.
Nemo 33 es el sueño hecho realidad del ingeniero civil e instructor de buceo John Beernaerts, necesitó ocho años para que esta enorme piscina fuera habilitada, cinco de diseño para solventar todos los problemas tecnológicos y tres de construcción.
El nombre es un homenaje Julio Verne y a su personaje el Capitán Nemo de la obra 20 mil leguas de viaje submarino y el 33 indica la profundidad máxima que alcanza la piscina. Los buzos que deciden sumergirse hasta la parte más profunda de la piscina pueden estar alli un tiempo máximo de 10 minutos por seguridad
En realidad es un edificio dentro de otro, los primeros 12 metros están al nivel de la superficie por lo que quienes se aventuran a sumergirse en Nemo 33 pueden ver al exterior a través de 14 ventanas. La iluminación es natural gracias a los ventanales superiores y artificial en las zonas más profundas mediante a focos en posición cenital.
Dentro de la zona de buceo cuenta con un pasadizo subacúatico con tres campanas de aire (espacios en los que se puede quitar parte del equipo y se puede tomar aire) en dos de ellas es posible sacar la cabeza y respirar normalmente a profundidad de 8 metros y la tercera permite salir completamente del agua. Estos espacios son utilizados por los instructores para dar indicaciones sin necesidad de salir completamente del agua.
El centro cuenta también con un area de cafeteria para los acompañantes o para los buzos mientras esperan su turno ya que el aforo de la piscina es limitado para evitar problemas de seguridad, área de vestidores y aulas.





