El Parque Nacional Laguna del Tigre, reconocido como el humedal de agua dulce más grande de Mesoamérica y pieza clave de la Reserva de la Biósfera Maya, enfrenta una devastadora crisis ambiental.
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El Parque Nacional Laguna del Tigre es el humedal de agua dulce más grande de Mesoamérica y una zona núcleo vital dentro de la Reserva de la Biósfera Maya.
Este vasto territorio, que abarca más de 335 mil hectáreas, es un santuario de biodiversidad y un ecosistema de inmensa importancia cultural.
El parque alberga una variedad de ecosistemas que lo convierten en un paraíso ecológico, como sus Humedales y sabanas inundables.

Durante la temporada de lluvias, el agua inunda vastas sabanas y bosques, conectando una compleja red de ríos y lagunetas.
Sus bosques albergan una rica diversidad de flora y fauna, incluyendo jaguares, dantas, ocelotes y más de 200 especies de aves, como la guacamaya roja, que encuentra aquí su último gran refugio en el país.

Con suerte, y de caminarse en silencio, ejemplares de estas especies pueden ser observadas, ya sea bebiendo agua, pastando o acechando a sus presas para cazarlas.
Además de grandes mamíferos, el parque es hogar de reptiles como el cocodrilo de Morelet y la tortuga blanca, especies en peligro de extinción.

Dentro del parque se encuentra el sitio arqueológico de Perú-Waka, una antigua ciudad maya que jugó un papel clave en la política regional durante el período clásico.
Para visitarlo, hay que llegar a la comunidad de Paso Caballos, donde se puede contratar el servicio de guías para orientarse entre los senderos.

Amenazas
Pese a su importancia, la Laguna del Tigre se ha visto expuesta a la explotación de sus recursos, la expansión de la ganadería impulsada por la narcoactividad para el lavado de dinero y los asentamientos ilegales.

Según estimación de ambientalistas, se ha perdido casi el 90 % de la cobertura forestal, y los incendios forestales son un método común para despejar la tierra de sus pastos y árboles.
La vigilancia y la inversión continua en seguridad, desarrollo sostenible y restauración ecológica serán clave para garantizar que este invaluable tesoro natural no se pierda para siempre.




