Guatemala debuta esta semana en la Copa Centroamericana, Uncaf, que se realizará en Estados Unidos (por efectos comerciales) y volverá a participar en juegos oficiales después de 19 meses.
La última aparición de la Sele fue en enero de 2013, en la pasada Uncaf que se disputó en Costa Rica. En aquella ocasión, dirigida por el paraguayo Ever Hugo Almeida, la bicolor quedó en la sexta posición, de siete participantes, y así le dijo adiós a la Copa de Oro por segunda vez en la historia.
La primera debacle en el certamen regional fue en 2009, cuando Nicaragua nos dejó al margen del torneo de Concacaf. En ese entonces el entrenador fue el guatemalteco Benjamín Monterroso.
En esta edición 2014, Guatemala tiene de rivales a El Salvador, Belice y Honduras. Sin duda, el objetivo como mínimo es clasificar a la Copa Oro. Para ello, la Federación Nacional le designó tarea al argentino Iván Franco Sopegno quien fue presentado en junio.
Sopegno es el técnico más ganador en la historia de Comunicaciones, en su palmarés cuenta con cinco títulos de liga, lo que le permitió llegar al banquillo de la azul y blanco.
“No quiero hablar de contratos, después de la Uncaf vemos qué pasa”, dijo el estratega en su presentación, lo que dejó una gran interrogante. ¿Qué pasará después de la Copa?
Si Guatemala logra el pase a la Copa Oro, continuaría el argentino en el cargo y con más tiempo de trabajo podría ensamblar la idea de juego que le dio éxitos a nivel de clubes. Aunque está claro que a nivel de selecciones es otra la exigencia. Pero, si no se logra el boleto, de nuevo reinaría la incertidumbre.
El reto de Sopegno es grande, en diez microciclos de entrenamiento convocó a 85 jugadores, al final se llevó 21, con los que trabajó poco tiempo y apenas disputó un partido amistoso ante Nicaragua, porque frente a Cuba la mayoría de futbolistas que jugaron, no hicieron el viaje a Estados Unidos.
“Darle una idea de juego a la Selección, una filosofía propia”, expresó Sopegno, quien intenta imprimirle un sello particular al “equipo de todos”. Su base son jugadores de Comunicaciones a los que conoce de años.
Por el bien del fútbol guatemalteco, ojalá clasifiquemos a la Copa de Oro y se pueda estabilizar el trabajo del técnico al frente de la Selección Nacional. Y después, soñar con que se empiecen a hacer las cosas de forma diferente.
La formación de futbolistas no es solo obligación de la Selección, más bien de los equipos que deberían de profesionalizar toda su estructura deportiva para abastecer a las distintas selecciones de jugadores más competitivos.
