En San Miguel Pochuta, la lucha contra la deforestación es crucial para la conservación de aves y ecosistemas forestales.
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Andrés Monroy, encargado de la Oficina Forestal Municipal, impulsa procesos de educación ambiental y aviturismo comunitario, buscando frenar la pérdida de cobertura boscosa que amenaza especies vitales como el quetzal y el pavo de cacho, promoviendo la protección de la biodiversidad local.

La protección de las aves y los ecosistemas forestales se ha convertido en una prioridad ambiental en San Miguel Pochuta, donde el trabajo comunitario y la educación ambiental buscan frenar la deforestación y preservar la biodiversidad local.
Uno de los principales impulsores de esta labor es Andrés Monroy, de 40 años, originario del municipio, quien desde su niñez desarrolló un profundo interés por las aves silvestres y su hábitat. Su vocación surgió cuando, siendo niño, se internaba en áreas boscosas para observar las especies que décadas atrás abundaban en la región.

Con el paso de los años, su interés se transformó en una misión de vida. Actualmente, Monroy es encargado de la Oficina Forestal Municipal, desde donde promueve la conservación y reproducción de especies forestales, esenciales para la supervivencia de la avifauna.

Especialistas y ambientalistas advierten que la deforestación y la pérdida de cobertura boscosa representan una de las mayores amenazas para las aves, especialmente aquellas catalogadas en peligro de extinción, que se ven obligadas a migrar o enfrentan la disminución de sus fuentes de alimento.

Monroy ha impulsado procesos de formación en aviturismo y guianza comunitaria, orientados a crear conciencia sobre la importancia de proteger los bosques como refugio natural de las aves. Entre sus metas figura la elaboración de una guía impresa de aves del municipio, con el fin de educar a la población y fomentar el turismo responsable.
Especies avistadas
En el registro de Monroy figuran centenares de aves, entre ellas el quetzal, el pavo de cacho, la tángara chiapaneca, el saltarín cola larga, además de águilas, tucanes y el loro nuca amarilla. En áreas montañosas ha logrado observar al ave nacional, aunque en algunos casos la verificación ha sido limitada por tratarse de fincas privadas.






