Llegó el último mes del año y al gobierno lo que le preocupa es cómo conseguir el dinero para el año entrante. En lugar de poner tanto interés en eso, debería ver para atrás y evaluar todos los errores que cometieron para no repetirlos. Es diciembre, “el mes más lindo del año” para muchos. Pero para otro montón de personas también es un mes triste en el que van a tener que celebrar sin seres queridos que ya no están con ellos como fruto de la inseguridad en el país. Otros están preocupados porque perdieron su trabajo. Muchos no tienen ni qué comer, mucho menos ropa abrigada para proteger a sus familias del frío característico de esta época.
El Ejecutivo preocupado por su presupuesto de 2014 y el Congreso igual. Pero los problemas del país no se cambian con un millón de quetzales más o menos que tengan a su disposición los políticos. Se cambia si ponen ese empeño en programas y políticas públicas que funcionen y que impacten. Los burócratas en lugar de gastarse el dinero de los contribuyentes en sus convivios, que hagan un control de daños, que evalúen todo lo que pudieron haber hecho y no lograron hacer. Hagan planes para el otro año pero no sin olvidar el que acaba de pasar y todas las familias que se vieron afectadas por la ineficiencia, corrupción y falta de voluntad.

No podemos seguir con maestros que pasan más tiempo manifestando que en las aulas. Ni con una PNC que cuenta solamente con aproximadamente 26,000 efectivos ante los más de 100,000 agentes de seguridad privada (que solamente protegen a los que lo pueden pagar). Ni con guatemaltecos que mueren por enfermedades prevenibles y curables pero que no tienen acceso a un servicio de salud digno. Ni con un país donde si se comete un crimen hay más de 90% de probabilidades de salir impune.
Mi punto es que es un mes de introspección y retrospección para muchas personas a nivel individual. Todos vemos para atrás lo que hicimos y dejamos de hacer, y vemos para adelante para evaluar lo que queremos hacer distinto el año entrante. Si los guatemaltecos comunes hacemos eso, que el gobierno lo haga también. Esa retroalimentación es la clave para mejorar como personas y como país.





