Guatemala es uno de los países de la región que más sufre la pérdida de riqueza de especies originarias, particularmente en ríos y lagos, debido a peces considerados dañinos y que han invadido esos cuerpos de agua dulce, alterando los ecosistemas.
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¿Se había imaginado que peces como la tilapia y el '"limpiapeceras" son considerados especies que perjudican los ecosistemas debido a su capacidad invasiva, resistencia y rapidez productiva?
Ambas especies están incluidas en la "lista negra" de peces considerados depredadores de ecosistemas de agua dulce, según el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap).
En dicha lista también se incluyen el pez diablo, mojarra Blue Gill y lobina negra. A este último se le atribuye la extinción del pato poc en el lago de Atitlán, señaló Melisa Ojeda, del Conap.

La experta indicó que dichos peces no son originarios de Guatemala y que han tenido reporte de la presencia de esas especies en los ríos Usumacinta, La Pasión, El Naranjo, laguna Lachuá, el canal de Chiquimulilla, así como en los lagos de Atitlán y Amatitlán.
Francisco Asturias, director del Parque Nacional El Mirador Río Azul, afirmó que la tilapia ha afectado el ecosistema de ríos y lagunas de la biosfera maya en el norte del Petén, pues se comen los huevos de peces nativos. "Esos peces son muy resistentes. No tienen enemigos naturales", afirmó.
Efecto negativo
La tilapia es un pez emblemático que se introdujo en los años 80 con fines de producción para el consumo, pero la producción tuvo un auge que originó que se registraran liberaciones. Incluso el Gobierno instó a repoblar varios ecosistemas, lo que ha tenido un impacto en el cambio biológico de algunas especies, indicó Josué García, investigador del Centro de Estudios del Mar y Agricultura de la Universidad de San Carlos de Guatemala (CEMA).

"Otra especie es el pez "limpiapeceras", nativo de América el Sur, el cual ha generado un impacto negativo en la pesca artesanal, pues este no tiene valor económico, pues no es comestible y en una faena de pesca puede capturar de un 75 a un 100 por ciento, lo cual evidencia que el porcentaje de peces de interés comercial para las comunidades se va reduciendo", señaló el experto.