Pese a las amenazas constantes de la deforestación, incendios y narcotráfico, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) protege esta área estratégica a través de su Zona Núcleo, que incluye sitios vitales como Tikal y El Mirador, hogar de una rica biodiversidad y del patrimonio del Mundo Maya.
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Desde los márgenes del río Usumacinta hasta la zona de adyacencia con Belice, la Reserva de la Biósfera Maya (RBM) abarca cerca de 2.1 millones de hectáreas.
Si bien enfrenta la deforestación, los incendios forestales, los asentamientos ilegales y las actividades ligadas al narcotráfico, se estima que la RBM aún conserva el 69 por ciento de sus bosques.
El área fue creada en 1990 con la inclusión de cinco parques nacionales, cuatro biotopos y un monumento cultural repartidos entre los municipios de Las Cruces, La Libertad, San Andrés, San José, Flores y Melchor de Mencos.

Para garantizar su protección y manejo, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) estableció la llamada "Zona Núcleo (ZN), según la definió en su página de Internet.
Esta incluye los biotopos protegidos El Zotz, Dos Lagunas y Río Escondido, junto a los parques nacionales Mirador-Río Azul, Yaxhá-Nakum-Naranjo, Laguna del Tigre, Sierra del Lacandón y Tikal.

La ZN está restringida para la investigación científica, la conservación de especies, la protección de animales al borde de la extinción y ecoturismo de bajo impacto.
Después, viene la "Zona de Usos Múltiples" (ZUM), destinada al uso y aprovechamiento de recursos naturales de manera sostenible a través de acuerdos con las comunidades previamente asentadas en el área.

Por último, la "Zona de Amortiguamiento" (ZAM) funge como muro protector ante las amenazas que acechan a los recursos naturales existentes en las zonas núcleo.
Acá se permite el desarrollo de actividades agrícolas, pecuarias y forestales, procurando que no se extiendan más allá de los límites fijados.
Vida y patrimonio
El área conserva los remanentes de bosques de caoba y de cedro, antaño numerosos en el departamento y reducidos a causa de la explotación maderera.

Su manto forestal ofrece áreas para que guacayamas, loros y tucanes construyan sus nidos, a la vez que garantizan la alimentación para los monos araña y los saraguates.
Dentro de la selva se alzan las estructuras de las ciudades más conocidas del mundo maya guatemalteco, como Tikal, Yaxhá, El Naranjo y El Mirador.

Toda la riqueza natural, junto a los avistamientos de animales como el jaguar, el puma y el tapir, son divulgados por el ambientalista Francisco Asturias en su página de Facebook.






