La Selección de Guatemala atraviesa días de reflexión después de quedar fuera del proceso eliminatorio para la Copa del Mundo de 2026. Aunque el objetivo principal no se consiguió, el panorama obliga a dejar atrás la tristeza y a enfocarse de inmediato en el siguiente gran reto: Mundial 2030.
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De momento, la planificación deportiva se centrará en los compromisos del 2026. La Bicolor tendría actividad en las fechas FIFA de marzo y, posiblemente, en el periodo de mayo-junio previo al Mundial. Estos amistosos serán fundamentales para evaluar el estado del plantel, darle continuidad al proyecto deportivo y, especialmente, definir el futuro del banquillo, ya que aún está en el aire si Luis Fernando Tena continuará.
Tras la Copa del Mundo de 2026, el calendario internacional marcará otro desafío importante. Aunque la Concacaf aún no lo ha oficializado, se espera que la próxima edición de la Liga de Naciones inicie a finales de ese mismo año. Guatemala buscará aprovechar este torneo no solo para competir, sino para mejorar su posicionamiento en el ranking de la región, un factor determinante para el camino hacia las eliminatorias de 2030.

Además, la Bicolor también deberá pensar en la Copa Oro 2027, objetivo clave para consolidar el crecimiento competitivo. Por ello, el 2026 será un año determinante: buenos resultados y una agenda bien planificada podrían evitar que la selección tenga que disputar una fase preliminar para acceder a los grupos del torneo continental.




