En Guatemala existen más de 1,800 equipos de investigación criminalística, integrados por más de 5,400 técnicos fiscales. Son los encargados de procesar las escenas del crimen.
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En cada municipio del país, hombres y mujeres con chaleco marcado con las letras "MP" se convierten en la máxima autoridad al llegar a una escena del crimen.
Son parte del Ministerio Público (MP) y conforman los 1,800 equipos de investigación criminalística desplegados en el territorio, integrados por más de 5,400 técnicos, encargados de recolectar las pistas que pueden llevar a una condena.
Óscar Sagastume, director de Investigaciones Criminalísticas del MP (DICRI), explicó que su función está respaldada por el artículo 251 de la Constitución, que le otorga al MP la responsabilidad de investigar y perseguir penalmente a los responsables de delitos. "Contamos con personal capacitado y certificado a nivel internacional para intervenir en todo tipo de hechos", señaló.
Cuando un hecho ocurre, una unidad de monitoreo recibe la alerta. Luego se determina el tipo de delito, ya sea homicidio, narcotráfico, violencia contra la mujer, delitos ambientales o extorsión, y se activa el equipo correspondiente. No hay un tiempo estándar para procesar una escena, ya que eso depende del número de víctimas, indicios y el tipo de lugar (abierto o cerrado).

"Cada escena es como un examen. Si hacemos bien el trabajo, ese expediente puede sostener una condena en los tribunales", comentó un técnico de la entidad, que prefirió no ser identificado mientras trabajaba en una escena de crimen en la zona 17. Aclaró que su función es técnica, no investigativa, por lo que no dan seguimiento a los casos.
Cada equipo está compuesto por un coordinador planimetrista, un fotógrafo y un embalador. Ellos son los que documentan, fotografían y resguardan cada indicio recolectado.
Trabajo conjunto

Aunque los equipos del MP lideran el procesamiento, los primeros en llegar casi siempre son los socorristas, quienes han sido capacitados para no contaminar la escena. Luego entra la Policía Nacional Civil (PNC), que se encarga de acordonar el área con la cinta amarilla, la cual impide el ingreso de personas no autorizadas.
En algunos casos, los investigadores del MP incluso pueden ordenar la detención de un agente de la PNC o de cualquier persona que esté alterando la escena del crimen o incurriendo en un delito en flagrancia.

Lejos de ser un trámite burocrático, el trabajo de estos técnicos es vital: cada prueba embalada con precisión puede ser la clave para resolver un caso. Y, aunque no se les ve en las audiencias, su huella está presente en cada fallo judicial que logra justicia.