El caso por el asesinato de Claudina Isabel Velásquez Paiz se reactivó después de 20 años. Un jugador de fútbol y su familia serían los principales sospechosos. Por este caso, la CIDH emitió una condena en contra de Guatemala en 2015 y, en 2024, el Estado ofreció una disculpa pública a la familia.
EN CONTEXTO: Pedro Julio Samayoa, el futbolista prófugo y su vinculación al Caso Claudina
Claudina Isabel Velásquez Paiz, tenía 19 años cuando fue asesinada en 2005. Horas antes de localizar su cuerpo, su familia intentó interponer una denuncia por su desaparición, pero esta no fue atendida. Luego, la investigación para localizar a los responsables estuvo plagada de errores y omisiones por parte de varias instituciones.
Aunque este caso abrió campo para la aprobación de la Ley de Búsqueda de Mujeres Desaparecidas en 2016 y el funcionamiento de la alerta Isabel-Claudina en 2018; la familia aún espera justicia, pues el crimen no se ha esclarecido.
El caso llegó hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que condenó públicamente al Estado de Guatemala.
En un informe (Velasquez Paiz y otros. Informe de Fondo Nº 53/13), previo a la condena, la CIDH recopila detalles del caso, lo manifestado por los familiares de la víctima, así como lo dicho por las autoridades.
El día que desapareció
El 12 de agosto de 2005 fue el día que Claudina desapareció. A las 8:30 horas, salió de su casa, rumbo a la universidad en donde estudiaba Derecho.
Ese mismo día, pero a las 19:30 horas habló con su padre por medio de un celular. Fue a eso de las 22:00 horas que la joven indicó a sus padres que estaba en una fiesta en la Colonia Panorama, San Cristóbal y que llegaría a la media noche, pero nunca regresó.
En una declaración brindada por Pedro Julio Samayoa Moreno, amigo de la víctima y ahora prófugo, aseguró que ella se había retirado de la fiesta a las 00:30 horas del 13 de agosto.
A las 2:00 horas, la mamá de Pedro Julio, (también prófuga) llegó a la casa de los papás de Claudina para consultar sobre su hijo, pues le habían informado que estaban juntos. Además, habría dicho que a la 1:30 horas había llamado al celular de Claudina y que había escuchado unos gritos, por lo que decidió ir a la casa de los papás de Claudina.
Desde ese momento y con la información que había dado la madre de Pedro Julio, los papás de Claudina iniciaron su búsqueda. Llegaron al lugar de la fiesta a las 2:55 horas.
Al llegar al lugar, la madre de Pedro Julio indicó que su hijo ya había regresado a su casa y buscaría a Claudina en los alrededores.

La búsqueda
Los papás de Claudina llamaron a la Policía Nacional Civil cuando estaban en la garita de la Colonia Panorama. Una radio patrulla llegó a las 3:00 horas. Fue el primer intento en interponer la denuncia de desaparición, pero los agentes indicaron que debían esperar 24 horas para reportar la desaparición.
La familia de Claudina siguió buscando por sus medios y a las 5:00 horas acudieron a la Subestación de la PNC ubicada en Ciudad San Cristobal para interponer la denuncia, pero nuevamente les dijeron que debían esperar 24 horas.
Fue hasta las 8:30 horas de ese 13 de agosto que les tomaron la denuncia, pero la búsqueda por parte de las autoridades no fue inmediata.
A las 10:30 horas, el papá de Claudina recibe una llamada indicando que en la morgue del Servicio Médico Forense del Organismo Judicial, había un cuerpo "no identificado" con las características de su hija. A las 11:00 horas, los padres de la víctima reconocieron el cadáver.
El cuerpo de Claudina fue procesado como XX tras ser localizado el 13 de agosto a las 5:30 horas en la 10 avenida 8-87 "A" de la Colonia Roosevelt, zona 11 de la ciudad.
Agentes de la PNC localizaron el cuerpo, luego de recibir una llamada telefónica anónima.
Deficiencias en la investigación
La familia acudió a la CIDH ante los nulos avances en la investigación y las deficiencias detectadas.
Iniciando porque la escena del crimen no fue resguardada, hubo contaminación de la misma, además de "la falta de determinación de la hora de la muerte, la posición de la víctima al momento del disparo, distancia del disparo, la movilización del cadáver de su posición original, la falta de detalle sobre las heridas que presentada el cuerpo de la víctima. Asimismo, no se conservó toda la ropa de la presunta víctima ni se ordenó un peinado púbico, a pesar de existir indicios fuertes de una posible violación. También se contaminó la evidencia, ya que al voltear el cuerpo, prendas que no estaban manchadas resultaron contaminadas de sangres. Se omitió realizar entrevistas a testigos potenciales, y algunas declaraciones se tomaron meses y en algunos casi un año desde que los hechos ocurrieron", se lee en el informe.
Otro dato a tomar en cuenta, es que las huellas dactilares de la víctima fueron tomadas durante el velorio del cuerpo. Asimismo, dos testigos potenciales se presentaron siete veces al MP entre 2005 y 2007 para que les tomaran declaración porque nunca fueron citados.
Los familiares también denunciaron ante la CIDH la manera despectiva en que fueron tratados y la revictimización. Una investigadora les indicó que las deficiencias en el levantamiento de la escena del crimen se debió a que creyeron que se trataba de "una cualquiera", pues encontraron un casquillo, un arma de fuego, preservativos entre otros indicios.

El Estado de Guatemala, ante la CIDH reconoció algunas falencias, otras las justificó indicando que no se contaba con protocolos para tratar este tipo de casos, o que no tenía las herramientas tecnológicas.
En diciembre de 2015, la CIDH emitió una resolución en la condena al Estado de Guatemala por la deficiente investigación para esclarecer el crimen de la joven universitaria.
En esa ocasión, la Corte señaló: "El Estado incumplió su obligación de investigar la muerte violenta de Claudina Velásquez como una posible manifestación de violencia de género".
Mientras, el 8 de marzo de 2024, el presidente Bernardo Arévalo, en nombre del Estado de Guatemala se disculpó públicamente con la familia.
"La muestra de disculpa pública reconoció la responsabilidad que tiene el Estado de Guatemala de cumplir con la protección de la vida e integridad de todas las mujeres guatemaltecas, así como el compromiso de consolidar las garantías de no repetición", dijo el mandatario en esa oportunidad.
Reactivación del caso
El caso se reactivó, 20 años después, con las órdenes de captura que autorizó el Juzgado de Mayor Riesgo D.
Dos personas fueron capturadas en junio pasado: Juan Francisco Ortiz Zepeda y María Teresa Gudiel, quedaron ligadas a proceso penal. Cinco más están prófugas y declarados en rebeldía.
Los prófugos son integrantes de una misma familia: el amigo de la víctima y quien estuvo con ella en la fiesta el día que desapareció Pedro Julio Samayoa Moreno, Zully Moreno Barbier (madre del primero), Eduardo Alejandro Samayoa Moreno (hermano); Jorge Barahona Orellana (expadrastro) y Dalia Liset Palma Herrarte y/o Dalia Liset Palma Herrarte de Ljungströmmer (excuñada).




