La Empresa Municipal de Agua (Empagua) detalla el riguroso proceso de potabilización del agua, garantizando la seguridad y calidad del líquido que llega a los hogares.
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Desde la captación en el Acueducto Xayá-Pixcayá hasta la desinfección final, la Planta de Tratamiento Lo de Coy utiliza una serie de etapas clave, incluyendo la floculación, sedimentación y la cloración, para asegurar que el agua potable esté libre de patógenos y sea apta para el consumo humano.

Cada gota de agua que cae de un chorro ha pasado por importante recorrido para llegar a los hogares, desde su recolección de los ríos, hasta el proceso para transformarla y hacerla consumible al ser humano. Es un riguroso proceso de potabilización para garantizar su calidad y seguridad.
Según la Empresa Municipal de Agua (Empagua) en la Planta de Tratamiento Lo de Coy cada etapa está diseñada para cumplir con los más altos estándares de calidad.

Este inicia con la captación en el acueducto Xayá-Pixcayá (ubicado en parte de Chimaltenango y Mixco), desde allí, el recurso llega a la planta de tratamiento, donde existe una caja de entrada con unas rejas metálicas, su función es actuar como filtros iniciales, allí se retienen ramas, hojas y otros desechos arrastrados por la corriente.
Purificación
Información proporcionada por la entidad detalla que, una vez dentro del sistema, el agua atraviesa diversas fases técnicas y químicas.
"El primer punto es el canal de entrada, donde se incorpora un sistema de medición Parshall, para controlar el caudal. Este tipo de canal acelera el flujo mediante la contracción de las paredes laterales y la disminución del fondo de la garganta", se explica.

En esta fase es donde se añaden los primeros químicos, los cuales ayudan a desinfectar y reducir la materia orgánica.
Posteriormente, se encuentran los floculadores, tanques en forma de laberinto, cuya función es disminuir la velocidad de la corriente, de esta forma, los químicos unen las partículas más pesadas. El proceso permite eliminar contaminantes y clarificar el agua.

"En los sedimentadores, el agua avanza lentamente, así las partículas se depositan en el fondo, es donde se separan las impurezas y dejan en la superficie un líquido más limpio", continúan.
Luego, el agua pasa por filtros compuestos por antracita, sílice y grava, estas tres capas de arena retienen las partículas restantes. Finalmente, se aplica cloro para una desinfección completa, para garantizar la inocuidad del agua.
Con esto se asegura que el líquido esté libre de agentes patógenos o sustancias dañinas a la salud humana o animal.




