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Astrid Ericsson, una bella sueca de 23 años, es la sensación de su país por el gran dominio que tiene con el balón.
Aunque se dedica al modelaje donde tiene una prometedora carrera, no puede alejarse de su verdadera pasión: el fútbol.
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Según dijo, su amor por la pelota comenzó defendiendo los colores del club Hammarby DIF de su país, donde ganó trascendencia por sus malabares con el balón, con lo que destacó en el mundo de los freestyler.
Sin embargo, las ofertas laborales como modelo pusieron un alto en su carrera como deportista hasta que encontró una manera de continuar ligada al deporte y se convirtió en jugadora de futvóley, un deporte que está ganando adeptos en el mundo.
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*Con información de Infobae
