El histórico Convento La Merced en la ciudad de Guatemala guarda una fascinante transformación, pasando de ser un recinto religioso a funcionar como cuartel, cárcel y hospital, hasta su actual vida como Centro Cultural de la Arquidiócesis de Santiago de Guatemala.
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La iglesia y convento de La Merced es una de las instituciones que se trasladaron de La Antigua Guatemala a la capital después de los terremotos que destruyeron la Ciudad Colonial.
"Están en funciones desde principios del siglo XIX hasta las reformas liberales, cuando expulsan a las órdenes religiosas, se queda solamente la iglesia en funciones y el convento pasa a ser propiedad del Estado", explica Roberto Andreu Quevedo, miembro de la junta directiva de la Asociación Amigos de la Merced y curador del museo.
Después de un tiempo, el recinto del convento pasó a ser cuartel, cárcel, hospital y, en el siglo XX, el espacio estaba divido en dos para ser compartido por el Segundo Cuerpo de la Policía Nacional y el hospital de la misma institución.

En 1996, cuando el padre Jorge Toruño, jesuita, era párroco de la iglesia de La Merced, convocó a un grupo de personas y se fundó la Asociación Amigos de la Merced, presidida, desde entonces, por Ana María Urruela de Quezada.
"Él era una persona con una sensibilidad artística y cultural impresionante, y le dolía mucho saber que el convento estaba perdido, destruido y alterado. Entonces se fundó la asociación para comenzar con el proceso de recuperación", cuenta Andreu.
A partir de ese momento, la Asociación de Amigos de la Merced se encargó de solicitarle al Gobierno de Guatemala la recuperación del espacio y, al mismo tiempo, crear el Museo de la Merced.

Primeros pasos
En 1999 se recuperó la primera parte, que es el Claustro Mayor (patio principal y entrada) y se comenzó a hacer una consolidación del edificio, se quitaron todos los elementos que no pertenecían a la época original y se hizo una recuperación arqueológica y arquitectónica.
Después de varios años de trabajos de recuperación, en el 2008 nació con el nombre de Museo de la Merced.
"La idea principal fue recuperar para Guatemala este espacio arquitectónico, patrimonio guatemalteco, y fundar un museo que mostrara, en aquel entonces, los tesoros que se guardaban en la iglesia de la Merced, que no estaban a la vista pública", añade el curador.

Después de la muerte del padre Toruño, en el transcurso de los años, diversos párrocos pasaron por la administración de la iglesia; sin embargo, no todos apoyaron el proyecto y unos años después, las piezas fueron retiradas y retornadas al templo, donde también se mantienen bien conservadas y protegidas.
Al mismo tiempo se fueron recuperando nuevos espacios, como un segundo patio y la parte de los antiguos dormitorios de los sacerdotes, por lo que se ampliaron las salas de exposiciones y se readecuaron los espacios.
En el 2011, el Museo cambió de nombre oficialmente a Centro Cultural de la Arquidiócesis de Santiago de Guatemala, aunque cariñosamente se le sigue llamando Museo de la Merced.

Expresiones artísticas
Con el paso de los años, también comenzó a albergar pinturas, esculturas, objetos de plata y otras relacionadas con los ritos de la Iglesia católica, provenientes de la Catedral Metropolitana, el Palacio Arzobispal, San Francisco, San José, Santa Catalina y otros templos católicos del Centro Histórico.
Incluso, algunas son piezas que habían sido robadas y que se han recuperado en decomisos, por acciones de la Policía Nacional Civil, el Ministerio Público y de la Arquidiócesis de Santiago de Guatemala.
"La mayor parte de piezas que se exhiben son barrocas del siglo XVIII y neoclásicas del siglo XIX", cuenta Andreu. Sin embargo, asegura que más que los artículos, la recuperación del espacio es el tesoro más grande.

En busca de establecer áreas de uso comunitario, los espacios que no están ocupados por la exposición permanente de artículos religiosos, se han convertido en espacios abiertos para hacer exposiciones de cualquier índole, como fotografía, cerámica, textiles, nacimientos y hasta moda.
"Como centro cultural tenemos la visión que el museo se abra a nuevos artistas y nuevas técnicas, que sea un lugar vivo, comunitario y atractivo para la gente. Por supuesto, con todo el respeto que representa este espacio".
Otros proyectos
Andreu asegura que los museos no viven de las entradas de taquilla, sino que de aportaciones particulares, aportaciones de la municipalidad, de eventuales trabajos de restauración que cubre el Ministerio de Cultura y Deportes, así como del alquiler del inmueble para eventos sociales.

"Hay un reglamento, porque lo principal es proteger el espacio que ya se recuperó. Los espacios se adecúan a los eventos con todo el rigor científico para que se proteja, hay límite de decibeles para el sonido, el horario y el uso de las instalaciones. El museo tiene sus propias reglas de acuerdo con el Ministerio de Ambiente y al de Cultura y Deportes".
Agregó que, actualmente, trabajan en el proyecto de establecer una escuela-taller de restauración de bienes muebles orientada a la protección y difusión del patrimonio histórico y artístico de la Iglesia católica de Guatemala.
"Es una manera de apoyar los esfuerzos del Ministerio de Cultura y Deportes que tiene su maravilloso centro de restauración, pero ellos restauran artículos de todo el país; entonces no se dan abasto".
¡A visitarlo!
Según el curador, muchos guatemaltecos tienen la idea que solo en La Antigua Guatemala está la historia, cuando la ciudad también tiene un gran patrimonio.
"Tienen que visitar este museo para ver cómo eran estos espacios religiosos que creíamos que solo existían en La antigua; ver las piezas y conocer un poquito de la historia religiosa, tanto del templo como del convento. Pero, sobre todo, para recuperar y mantener este patrimonio religioso".
Agregó que el sentido didáctico del museo está dirigido a que los visitantes hagan conciencia del patrimonio cultural, de lo fácil que es que se deteriore y lo difícil que es recuperarlo.
Puede visitarse de lunes a viernes, de 9:00 a 12:30 y de 14:00 a 16:00 horas. Y los sábados, de 9:00 a 12:00, con previa cita llamando al 2230-1589.






