Uno de los hechos que marcó la vida de muchos estudiantes al comenzar primero básico fueron las largas horas llenando cuadernillos de caligrafía, que entre óvalos y planas, han sido parte de varias generaciones.
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"Cuaderno para práctica de escritura comercial – Jaime F. Sánchez", decían los cuadernillos en la portada, que según la edición, podía ser de un tono verde o, los más actuales, de color celeste con blanco.
Estos acompañaron a todos los estudiantes guatemaltecos durante su adolescencia, pues fueron parte esencial de los básicos y el diversificado. No hubo quien se salvara de las planas de óvalos, líneas inclinadas y las dedicadas a cada una de las letras del abecedario.
De hecho, no solamente se utilizaron en Guatemala, sino en gran parte de los países de la región. Algunas décadas atrás, cuando fueron instaurados, costaban entre Q1.50 y Q3.00. Actualmente, se siguen vendiendo y los precios oscilan entre Q7.00 y Q9.50.

En total, son 50 los cuadernillos que conforman el "Método Jaime F. Sánchez" y su objetivo era adentrar a los estudiantes en el mundo de la caligrafía comercial, esa que era utilizada en oficinas y áreas administrativas, pues hasta hace más o menos medio siglo, muchos documentos aún se escribían a mano.
En pleno 2024, a pesar de los avances tecnológicos, la caligrafía sigue siendo parte importante de la educación, pues más allá de servir para tener "buena letra", es toda una práctica de disciplina y consistencia.
Se calcula que el arte de la caligrafía se remonta a unos 4 mil 500 años, en China, de donde se tiene registro de una enorme tradición caligráfica que data de esas fechas.

Este arte, además de estético, era sumamente útil para dejar plasmados mensajes, por lo que luego fue optado por otras culturas, como la de los japoneses y árabes.
La palabra caligrafía viene de la fusión de dos vocablos griegos, el primero es "kállos", que significa hermoso, mientras que el segundo es "gráfein", que se refiere a todo lo que está escrito a mano.
Actualmente, existen distintos tipos de caligrafías y en Guatemala utilizamos la occidental, que se basa en el alfabeto grecorromano y se escribe de izquierda a derecha. De esta parten las figuras, con las que se representa cada letra del abecedario, como lo conocemos.




