¿Lo recuerdas? Estas fueron algunas canciones y poemas que seguro le dedicaste a mamá en su día.
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El "Día de las Madres" ha sido celebrado en diferentes centros educativos en Guatemala alrededor del tiempo, muchos organizan actos especiales con bailes y cantos. Otros alumnos se memorizaban un poema para declamárselo a mamá, para luego entregarle una manualidad realizada con mucho amor y creatividad en clase.¡
Sin duda, estas canciones marcaron un momento especial para ti y tu mamá, ¿aún te las sabes?
1. El Ratón Vaquero
2. La Patita
3. El Ropero
4. Los tres cochinitos
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5. Mamá (hoy quiero decir te amo)
6. La Merienda
7. Te quiero a Tí (Mamá)
8. Esa es mi mamá
9. Señora, Señora
10. En mi corazón vivirás (Versión Phil Collins)
Poemas que declamaste para el "Día de la Madre"
Muchos niños preferían declamar un poema, estos seguro te llenarán de nostalgia.
1. Madrecita mía
"Yo adoro a mi madre querida, yo adoro a mi padre también; ninguno me quiere en la vida como ellos me saben querer. Si duermo, ellos velan mi sueño; si lloro, están tristes los dos; si río, su rostro es risueño; mi risa es para ellos el sol".
"Me enseñan los dos con inmensa ternura a ser bueno y feliz. Mi padre por mi lucha y piensa, mi madre ora siempre por mí".
Por Amado Nervo, extraído de Cultura Genial.
2. A mi madre
"Yo te bendigo, madre, con emoción profunda, porque en mi alma tu alma se derrama fecunda. Porque eres en mi vida la luz de la ternura, el claro manantial de dicha y de dulzura."
Autor: Rubén Darío.
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3. Así era mi madre
"Dicen que el primer amor nunca se olvida! Y es cierto, tal vez no recuerde cuando nací, cuando dije esa palabra mágica: "Mamá".
"En mi mente se vienen recuerdos vagos de mi niñez junto a tí, si me recuerdo que me subía al sillón y te peinaba tu pelo negro como la obscuridad, liso y largo, te pintaba las uñas de tus manos y pies, para tú cumpleaños un regalito sencillo, pero para ti era el mejor regalo del mundo, me recuerdo que nunca sentí la ausencia de un padre porque tú llenabas ese vacío y a pesar que no tuviste esa ayuda tan necesaria para criar a tres hijos lo hiciste bien que digo bien, rebien al máximo que he sido testigo de las bendiciones que Dios te ha dado para podernos sacar adelante!"
"Y hoy madrecita linda no hay palabras de gratitud para darte las gracias por haber hecho un buen trabajo con tus tres hijos y a pesar que ya estamos grandes que cada uno de nosotros formó un hogar, tú siempre pendiente de nosotros recibiendo consejos regaños y por eso madrecita hoy te digo ¡Que tú eres y serás mi primer amor!".
Autor: Frida Ramos.
4. Apegado a mí
"Velloncito de mi carne que en mi entraña yo tejí, velloncito friolento, ¡duérmete apegado a mí!"
"La perdiz duerme en el trébol escuchándote latir: no te turben mis alientos, ¡duérmete apegado a mí!"
"Hierbecita temblorosa asombrada de vivir no te sueltes de mi pecho ¡duérmete apegado a mí!
"Yo que todo lo he perdido ahora tiemblo hasta al dormir. No resbales de mi brazo: ¡duérmete apegado a mí!"
5. Madre mía
"Cuando los ojos a la vida abría, al comenzar mi terrenal carrera, la hermosa luz que vi por vez primera fue la luz de tus ojos, ¡madre mía! Y hoy que, siguiendo mi escarpada vía, espesas sombras hallo por doquiera, la luz de tu mirada placentera ilumina mi senda todavía".
"Mírame, ¡oh, madre!, en la postrera hora, cuando a las sombras de mi noche oscura avance ya con vacilante paso".
"Quiero que el sol que iluminó mi aurora sea el mismo sol que con su lumbre pura desvanezca las brumas de mi ocaso".
Autor: Rafael Escobar Roa.
6. Las manos de mi madre
"Manos las de mi madre, tan acariciadoras, tan de seda, tan de ella, blancas y bienhechoras. ¡Sólo ellas son las santas, sólo ellas son las que aman, las que todo prodigan y nada me reclaman! ¡Las que por aliviarme de dudas y querellas, me sacan las espinas y se las clavan en ellas!"
"Para el ardor ingrato de recónditas penas, no hay como la frescura de esas dos azucenas. ¡Ellas cuándo la vida deja mis flores mustias son dos milagros blancos apaciguando angustias! Y cuando del destino me acosan las maldades, son dos alas de paz sobre mis tempestades".
"Ellas son las celestes; las milagrosas, ellas, porque hacen que en mi sombra me florezcan estrellas. Para el dolor, caricias; para el pesar, unción; ¡Son las únicas manos que tienen corazón! (Rosal de rosas blancas de tersuras eternas: aprend de blancuras en las manos maternas). Yo que llevo en el alma las dudas escondidas, cuando tengo las alas de la ilusión caídas, ¡Las manos maternales aquí en mi pecho son como dos alas quietas sobre mi corazón! ¡Las manos de mi madre saben borrar tristezas! ¡Las manos de mi madre perfuman con terneza!"
Autor: Alfredo Espino.