De "fiesta pagana", "día satánico", "fecha del diablo", es tildada por muchos la celebración del Halloween o Día de Brujas.
Según la historia de esta fiesta, Halloween significa "All hallow's eve", del inglés antiguo, que significa "víspera de todos los santos". Pero con el paso de los años, a esa antigua costumbre anglosajona se le robó su estricto sentido religioso y fue convertida en “la noche del terror, de brujas y fantasmas".
En la tradición cristiana, se han marcado los cambios de las fiestas más importantes con una víspera en donde se busca deshechar lo malo y amanecer con lo bueno. Pasa con el inicio de la Cuaresma, en el cual hasta un día antes es permitido celebrar la algarabía del Carnaval, para luego entrar en un período de reflexión. También con la Quema del Diablo, para iniciar al día siguiente la celebración de la Imaculada Concepción, que da inicio al período de reflexión por la Navidad.
El sacerdote Luis Roberto Aguilar considera que el sentido de Halloween es más comercial que una noche de satanismo. "No creo en fantasmas, brujas ni espantos. Yo creo en el poder de Dios“, dice el religioso, por eso esta noche no tiene sentido para él.
El pastor evangélico Otilio López coincide con el sacerdote. Cree que la celebración es comercial y que representa gastos innecesarios. "Es una fiesta pagana con influencias extranjeras que, lejos de distraer de manera sana a los niños, les provoca temores. No promueve valores ni principios“, añade.

Una buena oportunidad para los negocios
Junto a quienes critican que esta es una fiesta pagana, hay otros que se desligan del aspecto religioso y señalan que esta es una imposición cultural, y que no debería celebrarse en países como Guatemala, ya que se trata de una influencia anglosajona, que proviene de Estados Unidos y es publicitada por la televisión.
Sin embargo, desde el aspecto comercial es una buena oportunidad para impulsar los negocios. Por ejemplo, las ventas de disfraces o los centros nocturnos de diversión, como discotecas y restaurantes, ven un impulso adicional en sus ventas de la época. Lejos de preguntarse por qué debe o no celebrarse, toman con normalidad y una tendencia que cada vez más gente se sume a esta fiesta.
Román Gómez, de “Disfraces Magic House” de la zona 7 capitalina, señala que en estas fechas se incrementa la venta de trajes. “Los más solicitados son los de "Batman", "Batichica" y "Enfermera", resalta el comerciante.
También las discotecas y restaurantes aprovechan el fin de mes y esta fiesta, que convoca a muchos a relajarse y divertirse, para llevar a cabo actividades especiales. Antigua Guatemala por ejemplo, ha adoptado esta celebración desde hace algún tiempo y en el restaurante “Monoloco” esperan la llegada de sus clientes frecuentes así como de nuevos consumidores.

"Nos gusta celebrar Halloween, porque nos visitan viejos amigos que vienen a pasarla bien. Tenemos un concurso de disfraces con premios, decoraciones especiales, ambiente alegre y no cobramos cover", manifestó Enrique Cortés, gerente de Mercadeo del Monoloco.
En cuanto a cifras, las ganancias del mes pueden incrementarse hasta un 50 por ciento con la celebración de Halloween. Además, impulsan otras festividades como la del 4 de julio (Día de Independencia en Estados Unidos), Año Nuevo y Semana Santa.
El 1 de Noviembre, Día de Todos los Santos, se festeja otra celebración, más reflexiva, religiosa y castiza, por lo que el tono cambia completamente. Será tiempo para ir a los cementerios, recordar a los difuntos y reunirse con la familia a comer fiambre.
Y tú qué opinas, ¿debe o no celebrarse el Halloween?





