En los últimos 12 años el sector ha crecido aproximadamente 220%, según datos de ACECOGUA.
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En Guatemala, los centros comerciales evolucionaron y de lugares para ir de compras, se convirtieron en espacios de encuentro, entretenimiento, trabajo, negocios y hasta de interacción comunitaria. Por ello, el crecimiento de los últimos 12 años se tradujo en mayor inversión y desarrollo inmobiliario, pero también significó miles de nuevos negocios, más empleos y mayores oportunidades para emprendedores y empresas.
Astrid Perdomo, directora ejecutiva de la Asociación de Centros Comerciales de Guatemala (ACECOGUA), comentó que solo entre 2023 y 2024 se contabilizaron más de 70 mil metros cuadrados nuevos, y para este año se estiman otros 75 mil metros adicionales.
La ejecutiva asegura que más allá de las cifras, lo interesante es cómo ha variado el papel de los centros comerciales en la vida de los guatemaltecos. Subrayó que ya no se visitan solo para comprar, sino para pasear, ir al cine, comer con amigos, asistir a eventos o simplemente, pasar el rato en un ambiente seguro y agradable.
Crecimiento en la provincia
Uno de los fenómenos más notables es su crecimiento hacia el interior del país. En ciudades intermedias y cabeceras departamentales, los centros comerciales tienen más presencia. Un aspecto para resaltar es que las remesas, por ejemplo, han dinamizado el consumo local en muchas comunidades y eso abrió la puerta a inversiones que antes se concentraban solo en la capital.
Como resultado de esta descentralización, hay más centros comerciales en los departamentos, más opciones para las familias fuera de la ciudad y más espacios para que emprendedores locales puedan tener presencia en lugares donde antes era casi impensable abrir un negocio formal.
Perdomo llamó la atención sobre que a veces no se nota a simple vista, pero el impacto económico de un centro comercial es enorme. Desde su construcción, que genera empleo abundante, hasta la operación diaria, que requiere personal de limpieza, ventas, seguridad, administración y logística, entre otros.
Se estima que desde la fase de construcción hasta el momento en que se habilita para la operación, se crean oportunidades de trabajo y se calcula que anualmente esta actividad genera alrededor de 250 mil puestos de empleo directos e indirectos.
Además, los centros comerciales son una plataforma para el emprendimiento. Muchos pequeños negocios inician como kioscos o en ferias temporales dentro de estos espacios. Algunos logran crecer y consolidarse, otros rotan, pero todos tienen la oportunidad de llegar a un público más amplio en un entorno ordenado y seguro.
Por otro lado, se convirtieron en plataformas para la expansión de empresas de renombre como La Torre, Cemaco, San Martín, Pollo Campero o de Taco Bell, entre otras, que son marcas que antes no estaban en el interior del país.
Ecosistemas urbanos
Carlos Betancourt, director ejecutivo de la Cámara Latinoamericana de la Industria de Centros Comerciales (CLICC), afirmó que esta industria representa, en promedio, entre un 30% y un 45% del comercio formal y podría estimarse que equivaldría a entre 5% o 6% del Producto Interno Bruto, tomando en cuenta la diferencia de las economías de cada país.
El profesional, entrevistado en el marco del terer Congreso CLICC, realizado en la ciudad de Guatemala recientemente, refirió que, en sus orígenes, el desarrollo de centros comerciales estaba dominado casi exclusivamente por el sector retail y se podía hablar de un 85% o 90% de la mezcla comercial enfocada en ese rubro.
Sin embargo, eso cambió y ahora son ecosistemas urbanos que, además del comercio, incorporan gastronomía, entretenimiento y servicios. Además, ha evolucionado para integrar otros usos. Ahora ya no son solo un espacio comercial, sino un ecosistema urbano, con torres empresariales, centros de convenciones, espacios educativos, clínicas y hasta vivienda.
Según Betancourt, el centro comercial moderno integra, genera oportunidades y elimina barreras como el transporte. Uno de los grandes desafíos actuales es el tiempo que las personas destinan a trasladarse. "El centro comercial contribuye a resolverlo: puedo trabajar, alimentarme, hacer gestiones, todo en un mismo lugar, sin moverme. Ese tiempo que le resto al transporte se lo dedico a mi vida. Ese es uno de los aportes más valiosos de este modelo", afirmó.




