Cifras que evidencian un año legislativo con menor presencia efectiva y dificultades en su funcionamiento interno marcado por conflictos, parálisis institucional y falta de liderazgo en el Congreso, según expertos.
TE PUEDE INTERESAR: Congreso inicia análisis para sancionar a quienes apartan parqueos
En medio de crecientes cuestionamientos sobre el desempeño del Legislativo, Fernando Bon, analista de la organización Congreso Eficiente, dio a conocer los datos que reflejan la presencia de los diputados en el pleno del Congreso de la República durante 2025.
A partir de un análisis detallado de los registros oficiales de asistencia, Bon explicó qué tan constante fue la participación de los diputados, cuáles fueron los contrastes más marcados y qué factores internos influyeron en un año que, a su juicio, estuvo lejos de mostrar un funcionamiento fluido del Congreso.

El análisis comprende el período del 14 de enero al 15 de diciembre de 2025 y toma en cuenta todo tipo de sesiones, incluidas las solemnes, ordinarias y extraordinarias.
Bon explicó que la información proviene de una base de datos consolidada por la organización, la cual permite observar con mayor claridad los patrones de presencia de los diputados a lo largo del año.

Además, precisó que el enfoque del estudio se centra en el porcentaje de asistencia y no en el de ausencias, debido a la dinámica interna del Congreso. Según indicó, en muchos casos un diputado puede aparecer como ausente y posteriormente presentar una licencia o excusa, lo que modifica los registros iniciales.
Por esa razón, señaló que el dato de asistencia resulta más estable y confiable, pues no varía con el tiempo y permite un análisis más consistente del comportamiento de los legisladores.
Retroceso frente al 2024
Con base en estos criterios, Fernando Bon informó que el promedio general de asistencia durante 2025 fue del 77%, una cifra inferior a la registrada en 2024, cuando el Congreso mantenía niveles superiores al 80%.
Para el analista, este descenso refleja un año con menor presencia efectiva de los diputados en el pleno y se convierte en uno de los principales indicadores a tomar en cuenta al evaluar el desempeño legislativo.
Diputados con mayor asistencia
Al desglosar los datos, Bon destacó que 21 diputados alcanzaron más del 90% de asistencia durante el año, lo cual consideró un resultado positivo en términos individuales.
No obstante, aclaró que este grupo representa una proporción reducida frente al total de 160 diputados, por lo que su impacto en el promedio general es limitado.

Diputados con menor asistencia
En contraste, el análisis también evidenció que 19 diputados registraron menos del 60% de asistencia al pleno del Congreso, una cifra que, a criterio de Bon, resulta especialmente preocupante. Dentro de ese grupo sobresalen cuatro casos con niveles particularmente bajos de presencia.
El diputado Juan Ignacio Quijada Heredia del partido UNE figura con 38% de asistencia, acompañado de un 61% de licencias con excusa, situación que, según el analista, amerita una revisión más profunda para comprender las razones de su prolongada ausencia del pleno.

Asimismo, Bon mencionó al diputado Carlos Napoleón Rojas Alarcón, del partido Vamos y representante de Santa Rosa, quien alcanzó únicamente 39% de asistencia. También citó a César Roberto Dávila Córdoba, del partido Bien, y a Edgar Raúl Reyes Lee, de Vamos, ambos con 50% de presencia durante el año.

El analista subrayó que estos porcentajes implican que dichos diputados asistieron solo a la mitad de las sesiones convocadas, un nivel de participación que incide directamente en la dinámica y productividad del Congreso.
Diputados con un porcentaje de ausencias de 25% o más durante el año

Asistencia sin tiempo de permanencia
Bon también se refirió a las limitaciones del sistema actual de registro de asistencia, al explicar que el tablero electrónico contabiliza como asistente a un diputado que marca presencia, aunque permanezca en el pleno solo por algunos minutos.
Además, señaló que este mecanismo no permite medir el tiempo real de permanencia durante las sesiones, por lo que desde Congreso Eficiente se ha insistido en la necesidad de desarrollar herramientas que reflejen con mayor precisión el compromiso efectivo de los legisladores.

Meses de estancamiento
Más allá de las cifras, el analista contextualizó los niveles de asistencia dentro de un año legislativo caracterizado por estancamientos y falta de liderazgo. Bon indicó que gran parte de 2025 transcurrió con una agenda entrampada, situación que se extendió hasta agosto o septiembre.
Entre los factores que influyeron mencionó el conflicto derivado de la separación de la diputada Karina Paz de su bloque legislativo, lo que retrasó decisiones clave y afectó el funcionamiento de la Junta Directiva, provocando la suspensión o postergación de varias sesiones del pleno.
LEE TAMBIÉN: Congreso se reactiva: sin alianzas claras para leyes, Presupuesto y Junta Directiva
A ello se sumó, según explicó, el impacto político del aumento salarial aprobado en 2024 y hecho efectivo en 2025, un tema que debilitó la cohesión interna y el liderazgo de la Junta Directiva.
Bon señaló que, tras los intentos de revertir esa decisión, muchos diputados dejaron de respaldar a la dirigencia, lo que derivó en una pérdida de control y en varios meses de parálisis legislativa. A su criterio, el Congreso pasó cerca de ocho meses con poco liderazgo, sin una agenda clara y con escasa capacidad de generar consensos.

Hacia el cierre del año, Bon observó que el interés de los diputados se concentró en la discusión del presupuesto y en la elección de una nueva Junta Directiva, consciente del rol estratégico que este órgano desempeña, especialmente en los procesos de elección de autoridades.
Aunque existieron intentos de la oposición por tomar el control, finalmente se conformó una Junta Directiva diversa, cuyo funcionamiento y capacidad de alcanzar acuerdos, señaló el analista, deberá evaluarse conforme avance el próximo año.
De cara al futuro, Fernando Bon advirtió que el Congreso enfrentará un periodo particularmente complejo, marcado por elecciones clave en las que deberá participar, como la designación del fiscal general, magistrados de la Corte de Constitucionalidad, el contralor general de cuentas y otros cargos de alto impacto institucional.

Según el analista, estas decisiones definirán las reglas del juego político rumbo a las elecciones de 2027, por lo que el Congreso tendrá la responsabilidad de actuar con mayor transparencia, eficiencia y compromiso con el interés nacional.
Finalmente, Bon subrayó que el inicio anticipado del ambiente electoral incrementa la presión sobre el Congreso y sobre sus integrantes.
En ese contexto, consideró fundamental el papel de la ciudadanía y de los medios de comunicación para fiscalizar y dar seguimiento al trabajo legislativo, con el fin de evitar que las decisiones del Congreso pasen inadvertidas y para exigir a los diputados un desempeño acorde a la responsabilidad que les fue conferida.






