El padre guatemalteco no solo es proveedor, sino también consejero, guía y ejemplo. La presencia del papá en la crianza de los hijos es clave para su desarrollo emocional y social, asegura la psicóloga Nora Enríquez.
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"Un papá involucrado fortalece la seguridad y autoestima de los niños, aporta normas, estructura y valores esenciales para su formación como personas íntegras", expresó.
La profesional resaltó que también deben mostrar afecto, compartir tareas del hogar y participar activamente en la vida de sus hijos, rompiendo con estereotipos de una masculinidad fría o distante.
Enríquez subraya que el rol paterno no solo se limita a ser proveedor, sino a ser un referente emocional, capaz de enseñar con ejemplo el respeto, la empatía y la corresponsabilidad en el hogar.
Soy502 presenta las historias de cinco padres que, con dedicación y amor, han guiado a sus hijos y nietos siendo ejemplo de fortaleza, valores y entrega incondicional.
Rodrigo Rivera, fotógrafo deportivo

"Papá Igo" es el corazón de una gran familia. Así lo llaman con cariño sus seis nietos, un apodo que nace de su nombre, Rodrigo, y del amor que le tienen. Tiene cinco hijos y, junto a su esposa, "Mamá Rosa", disfruta cada momento compartido, ya sea en casa o a través de videollamadas con suhijo que vive en Estados Unidos.
Su consejo para otros abuelos es claro y sentido: aprovechen cada instante con sus nietos, jueguen, escúchenlos y déjenles una huella de amor que los acompañe toda la vida.
Arturo Tecún, trabajador de una fábrica de muebles

Arturo vive uno de los momentos más felices de su vida: acaba de recibir en sus brazos a su hija Ailany, una bebé sana y hermosa que llegó para completar su familia. Ya era papá de Dylan Ulises, y ahora, junto a su esposa Verónica Ramírez, siente que tiene la bendición de una "parejita", como él dijo con una sonrisa.
Agradecido con Dios por este regalo, se compromete a seguir luchando por sus hijos, a estar presente en cada etapa de sus vidas y a acompañarlos siempre, en las buenas y en las malas.
Mario Astegueta

Mario empieza sus mañanas con una rutina que disfruta al máximo: llevar a sus hijas Sofía y Montserrat a sus escuelitas en la zona 11. Las acompaña con orgullo, sabiendo que no todos los padres tienen la oportunidad de hacerlo. "Ellas van felices y yo tranquilo, porque hay seguridad y convivimos más", comentó con una sonrisa.
Agradece poder estar presente en su educación y anima a otros padres a aprovechar esos pequeños pero valiosos momentos diarios, que fortalecen los lazos y dejan recuerdos para toda la vida.
René Lux, médico

El doctor Lux no puede ocultar la emoción cada vez que ve a su hija Catalina ejercer la medicina, la misma vocación que lo ha acompañado toda la vida. Desde pequeña mostraba interés por seguir sus pasos, y hoy trabajan juntos en la misma clínica, compartiendo no solo profesión, sino también propósito.
Becado en la Facultad de Ciencias Médicas y con una tesis reconocida en París, don René formó a tres hijos profesionales con el apoyo incondicional de su esposa, quien partió hace siete años. Hoy, con orgullo y esperanza, sueña que su nieta también abrace la medicina y continúe el legado familiar, pues incluso su yerno forma parte de esta dinastía de ciencia, vocación y amor.
Alexis Higueros, maestro

Alexis es docente de vocación y papá de corazón. Desde que sus hijos, Matías y Gerardo, quedaron a su cargo siendo apenas unos niños de 2 y 6 años, asumió con valentía el doble rol de padre y madre. Con amor, entrega y mucha fe, ha enfrentado cada día con la certeza de que todo esfuerzo vale la pena. "Con amor, todo se puede", afirma con convicción.
Actualmente, sus hijos tienen 6 y 10 años, son buenos estudiantes y lo llenan de orgullo: "Matías es abanderado, y Gerardo es muy inteligente", contó con una sonrisa.
Alexis reconoce que su fuerza viene de Dios, así como de las enseñanzas de su padre y el apoyo incondicional de su mamá, a quien sus hijos llaman cariñosamente "abuela mamá".
Cómo ser un mejor papá:
- Estar presente: No se trata solo de tiempo, sino de calidad; escucha, acompaña y comparte momentos significativos con tus hijos.
- Dar amor sin condiciones: Haz que tus hijos sepan que los amas siempre, especialmente, cuando se equivoquen.
- Poner el ejemplo: La mejor forma de enseñar es vivir con valores como el respeto, responsabilidad y honestidad.
- Ser paciente: Cada hijo tiene su ritmo. Acompáñalos sin presión, con comprensión y guía.
- Apoyar sus sueños: Motívalos a descubrir quiénes son y qué quieren lograr, sin imponerles tu camino.