El próximo 14 de enero Arístides Crespo, jefe de Bancada del Partido Patriota (PP), asumirá la presidencia de la Junta Directiva del Congreso de la República, relevando a Pedro Muadi, quien se dejará el puesto sin pena ni gloria.
Muadi, quien afirmó que desistirá de buscar la reelección de la presidencia del Congreso, es criticado por algunos diputados y justificado por otros, no solo por su incapacidad de lograr consensos sino las controversias en las que estuvo envuelto.
Una de ellas fue la sucedida en septiembre de 2013 cuando el contador y auditor interno del Congreso presentó una denuncia en contra de Muadi por compras sobrevaloradas por más de 5 millones de quetzales; sin embargo, el contador se arrepintió días más tarde y la denuncia no trascendió.
Elección por rebote
El ex diputado Mariano Rayo, señaló que la elección de Muadi a la presidencia del Congreso se dio por rebote y por contrario que parezca no recibió todo el apoyo del presidente Otto Pérez ni de su propia bancada del Partido Patriota (PP).
Por su parte, el analista político Phillip Chicola, señaló que si bien el Presidente del Congreso posee un rol de gestor político y de representación del poder legislativo, el puesto está sobredimensionado porque la llaves dentro de este órgano del Estado son los jefes de bloque o las alianzas mayoritarias y el hecho de no tener alineados en esas estructuras limita el actuar no solo del presidente sino de todo el hemiciclo.
Chicola destacó que no se puede separar toda la dinámica del Congreso y que las complicaciones sucedidas este año se debieron a una oposición destructiva, la mala integración de las comisiones de trabajo y la complicidad de la bancada oficial para mantener la agenda legislativa bloqueada.
Sin embargo, Chicola reconoce que una de las pocas acciones que pudo hacer Muadi fue la interrupción constitucional de la interpelación, que al final fue utilizada para cesar el juicio parlamentario de Carlos Batzín, ministro de Cultura y Deportes, y hacer que el Congreso avanzara en las últimas semanas.
La nueva presidencia
La fecha de relevo ya se acerca y una de las metas que Arístides Crespo ya se plantea es la de estimular el acercamiento con las diferentes bancadas del hemiciclo y lograr consensos para la aprobación de iniciativas de Ley; sin embargo, otros diputados consideran que será un año complicado para legislar.
Nineth Montenegro, diputada de Encuentro por Guatemala, sostiene que será un año complicado para Crespo debido a la cercanía de la contienda electoral y la oposición buscará la descalificación para sobresalir, tomando en cuenta que se acercan las elecciones de las comisiones de postulación para la Contraloría General de Cuentas, y del Fiscal General del Ministerio Público.
Por otro lado, Álvaro González Ricci, diputado de Compromiso, Renovación y Orden (Creo), considera una amenaza a la nueva Junta Directiva ya que está conformada solo por aquellos partidos que votaron a favor de los préstamos que se aprobaron las últimas semanas del año pasado por 3 mil 500 millones de quetzales.